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miércoles, 12 de septiembre de 2007

El Dalai Lama aprenderá catalán

La utilización de los símbolos, es una de las estrategias más manidas de los nacionalismos que habitan en nuestro país, deconstruyendo el futuro de todos para edificar sus sueños sobre las pesadillas de los demás.

Podríamos recordar algunas gloriosas hazañas de los partidos nacionalistas de España, en su ambición de darse a conocer en el mundo. La internacionalización de sus conflictos identitarios es una de sus tácticas favoritas para realzarse mundialmente.

Los vascos ofrecieron allá por el año 1.999, la cámara vasca para que se reuniera el parlamento kurdo en el exilio, lo que estuvo a punto de ocasionar un conflicto internacional entre Turquía y España, y además un cabreo descomunal del empresariado vasco que había logrado establecer unas interesantes relaciones comerciales con el país otomano.

Cataluña no deja de promoverse a nivel internacional, cabe recordar aquel viaje de la corona de espinas del extinto president Maragall y el líder de ERC, Carod-Rovira, que también estuvo a punto de traer más conflictos a nuestro país con los estadounidenses y los israelitas (tras la torpe palestinización pública de Zapatero se incrementaron).

Más recientes han sido las incursiones por la puerta de atrás de las selecciones protonacionales de futbol sala, patinaje o bolos; la ausencia de escritores catalanes en castellano en la feria del libro de Frankfurt, el partido amistoso de futbol entre Estados Unidos y Cataluña, o la última boutade del presidente del gobierno catalán, el ínclito Carod-Rovira, poniendo en boca del mismo Dalai Lama un paralelismo entre la situación del Tibet y Cataluña.

No importa que sigamos haciendo el ridículo a nivel internacional, con tal de que al final la alianza nacionalista-socialista rinda sus frutos. España está secuestrada en estos momentos por unos facinerosos imperturbables, dispuestos a vender el Escorial al mejor postor, con tal de deshacerse de la historia de España.

Sin embargo, estas acciones se encuentra inmersas dentro de un proyecto más amplio que es la presencia pública internacional de las partes que forman el todo, obviando el todo inconveniente.

Los españoles que no habitamos paraísos nacionalistas, asistimos absortos a las puestas en escena que nos regalan periódicamente los destructores de la convivencia pacífica de todos los españoles. Quizás el auge de estas acciones hayan sido los compromisos establecidos por el ínclito personaje, Carod-Rovira ccon ETA, para que no atentase en Cataluña, que luego siguió Zapatero, para que no atentasen en España, gran idea que concluyó en la T4 de Barajas con dos muertos ecuatorianos “de segunda categoría ciudadana”.

Definitivamente los nacionalismos son como termitas voraces que aspiran a formar una marabunta que asola con todo lo establecido con tal de colocar sus pretensiones en los telediarios internacionales y los nacionales.

Dentro de unos días, el ínclito anfitrión del Dalai Lama nos informará del interés del padre reconocido del budismo, venerado por sus millones de seguidores, por aprender la hermosa lengua catalana.

Más adelante, descubriremos que Carod-Rovira se postula para mediador de los conflictos entre los tibetanos y los chinos, pero no logrará engañar a los habitantes del gran país asiático, fundamentalmente porque el paralelismo posible entre una nación invadida por China, y una demanda insólita como es la independencia de Cataluña, solo puede conducir a la deslegitimación del propósito.

Pero el paletismo catalán del señor Carod-Rovira es inmenso, y en vez de aprender de las enseñanzas de un personaje como el Dalai Lama, se trata de utilizarlo para abundar en la “realidad mágica” que este personaje nefasto contiene en su cabeza sectaria.

Sin embargo, por lo que he leído, el actual líder del budismo anda interesado en reunirse con Osama Ben Laden para intercambiar opiniones e interpretaciones sobre la realidad, en ese sentido se puede entender mucho mejor la reunión con Carod-Rovira, como una etapa previa, un ensayo, para el futuro encuentro del instigador del 11-S del que se cumplen seis años, y del 11-M, que nos toca más de cerca, y que sigue sin aclararse definitivamente.

El problema es que el ilustre president del gubern, desde su limitada perspectiva, considera la visita del Dalai Lama como un espaldarazo a su política independentista, cuando en realidad lo que le interesa al Dalai Lama es conocer a Osama Ben Laden por medio de Carod-Rovira. ¿Verdad que resulta más creible que la versión oficial?.

En este viaje, el Dalai Lama no aprenderá catalán, pero sí conocerá como es la forma de pensar de alguien que puede llegar a ser un personaje fanático como Osama Ben Laden, por amor a sus mitologías particulares.

La noticia que realmente hubiera sido impactante, sería que Carod-Rovira se había comprometido a aprender tibetano; pero claro, eso requiere demasiado esfuerzo para alguien que reside en el rentismo nacionalista y está acostumbrado a no dar palo al agua.


Biante de Priena

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