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lunes, 1 de octubre de 2007

Chantaje a los españoles

Durante las últimas semanas, asistimos impasibles a un singular estallido de barbarie, protagonizado por la turbamulta sectaria que se organiza al pairo de los nacionalismos vasco y catalán, en su versión extrema.

Como bien ha recordado Antonio Muñoz Molina, en un excelente artículo publicado hoy mismo en El País, “La patria gutural”, ha extrañan coincidencia, semejanza se puede decir, entre todos los fascismos; porque en realidad, son movimientos degenerados que no alcanzan siquiera el rango de condición política, y por supuesto, lo demuestran ofreciendo la transgresión como una prueba irrefutable razonable de su verdad particular.


Pero no sólo estamos presenciando un atentado contra la razón política, sino también, y esto resulta más peligroso aún, contra la razón pública, que se establece en los países democráticos en forma de Constitución, para convertirse por milagro de la democracia en razón colectiva de los ciudadanos, marco indispensable de las políticas posibles.

Sin ser un tema menor, la combustión provocada de los iconos monárquicos y las banderas de España, no tienen tanta importancia como la invitación a la sedición que hace en Cataluña Carod-Rovira, y en Euskadi, Ibarretxe; pero todavía se ve superada por el silencio cómplice del gobierno del señor Rodríguez Zapatero, y la sintética alusión de “espero que el gobierno sepa responder en esta ocasión” de su alternativa política, representada por el señor Rajoy y el partido popular.

La política española está alcanzando el mayor grado de incongruencia de su historia, gracias a la incompetencia y la impertinencia de sus representantes políticos, que pretenden asistir como testigos impasibles a la presunta segregación de nuestro país, porque no conciben otra posibilidad satisfactoria para todas las partes.

Y en estas penosas circunstancias, los ciudadanos no debemos, ni podemos permanecer callados y perplejos, sino que debemos exigir respeto a nuestra nación, que es precisamente la que asegura el rango de nuestros derechos, y también de nuestros deberes. Están jugando con lo nuestro sin recato alguno.

El regreso como progreso

Y todo lo que está ocurriendo, se debe fundamentalmente a la necesidad de destruir lo existente, para crear algo nuevo. La historia de España impide la involución, la Constitución es precisa en sus determinaciones, y la mayoría de los habitantes de este país nos consideramos españoles, antes que europeos o de alguna autonomía. Esa es la realidad que hay que romper.

Para la lucha se implementan los elementos necesarios, y el fundamental es la recreación de lo que pudo haber sido y no fue; hay que regresar a los tiempos prenacionales, no ya a la Segunda República, para eludir los cuarenta años de dictadura franquista, sino mucho más atrás.

Los nacionalismos extremos pretenden llevarnos a la Edad Media, exactamente a la época en que los territorios contaban más que las personas, y la violencia era la única ley. De paso, también nos conducen a los tiempos prerenacentistas, en los que la razón estaba sometida al poder divino, mucho más proclive a las creencias, porque la racionalidad impide su estrategia deconstructiva, y por lo tanto, hay que buscar el reclamo de la víscera para seguir adelante a cualquier precio.

Los nacionalismos moderados, el PSOE, y el silencio del PP, no son tan ambiciosos, se conforman con situarnos antes de 1812 y de la Constitución Liberal aprobada en Cádiz, y sancionada veinte años después por el rey, a instancias del general Riego, que se dejó su vida en la proclama.

¿Y por qué es necesario regresar?, pues exactamente porque las principales naciones surgen en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX. Por eso hay que volver a La Bastilla, y simbólicamente guillotinar al rey, (en este caso quemar su efigie), para buscar los valores ciudadanos, resumen modernizado de los valores nacionales preexistentes, porque desde la sugerida nación de ciudadanos que algunos tienen en mente, es posible convertir este país en un Estado federal amorfo, en el que unos ciudadanos puedan tener unos derechos y sus vecinos de comunicad, otros muy diferentes.

El problema al que asistimos en estos momentos y en este país es grave, más que por la fuerza que puedan demostrar los secesionistas, por la incapacidad que demuestran los que deben hacer respetar el orden establecido constitucionalmente.

Cuando Ibarretxe y Carod-Rovira proponen un referéndum sobre la independencia de el País Vasco y Cataluña, respectivamente, es por que saben que pueden hacerlo en plena impunidad constitucional, de lo que se deriva que tienen bien tomada la medida de los principales partidos españoles, constitucinalistas, el PSOE y el PP.

No se está hablando de propaganda electoral, sino que se está proponiendo vulnerar nuestra Constitución desde instituciones que conforman el Estado español. No se están diciendo tonterías, se está vulnerando la ley, y si se transige con la sonata, ya podemos disponernos a abjurar del silencio, porque hasta que estos segregacionistas sectarios logren su propósito último no darán por concluida su obra.

Mientras tanto, los presupuestos del Estado, se desvían con significación estadística, hacia los gobiernos autonómicos amparados por el PSOE o por partidos nacionalistas, estableciendo una vez más el sectarismo económico como consecuencia del sectarismo político. Como si así se pudiera detener el chantaje nacionalista, y el de los políticos de partidos nacionales hacia su propio pueblo. El triunfo electoral no justifica la jugada, ni para el PSOE, ni para el PP.

Nuestros representantes políticos, nos condenan de esta forma a pagar el elevado precio de lo que somos, para asegurarse su futuro en el poder alternante, y a mí me recuerda todo ésto, a aquel entusiasta que para seguir viaje, vendió las ruedas del automóvil para comprar gasolina.



Biante de Priena

Adalant Ciudatans-02!

Adalant Ciudatans-!
Nos ha llegado al correo este MANIFIESTO POR UN BOICOT AL USO DEL CATALÁN EN CATALUÑA MIENTRAS HAYA INMERSIÓN ESCOLAR EN ESA LENGUA DE LOS NIÑOS ESPAÑOL-HABLANTES elaborado por un grupo que dice llamarse movimiento de derechos civiles “Resistencia Cívica No Violenta Contra la Inmersión - Martin Luther King”. Es evidente que poco a poco van surgiendo movimientos de resistencia contra el fascismo catalanista-represor imperante en la educación catalana. Reproducimos a continuación el texto en su totalidad:

Hemos decidido impulsar en Cataluña el movimiento de derechos civiles “Resistencia Cívica No Violenta Contra la Inmersión - Martin Luther King”, con el objeto de acabar con la discriminadora práctica de la inmersión obligatoria en catalán de los niños español-hablantes escolarizados en nuestra Comunidad.

La inmersión obligatoria en catalán es un atentado contra los derechos civiles básicos -la libertad y la igualdad- de los mencionados niños y de sus padres. Esos padres español-hablantes están discriminados (reciben por parte de las instituciones un trato desigual y desfavorable, que es la definición misma de discriminación) en Cataluña al no poder usar su lengua para la educación de sus hijos, cosa que sí que pueden hacer los padres catalán-hablantes.

Resulta un sarcasmo que en una tierra en la que sufrió persecución por el poder político, durante la dictadura, una de sus dos lenguas -la lengua autóctona, el catalán- se produzca ahora, en la democracia, la persecución por el poder autonómico de la otra de esas lenguas -la lengua común de los españoles, el español- con lo que continúa la persecución lingüística cambiando únicamente la lengua perseguida.

De ese modo el catalán es actualmente una lengua impuesta -en usos básicos, como la educación- a la población castellanohablante residente en Cataluña. Con el agravante de que tal imposición del catalán -y la consiguiente persecución, o discriminación, del español- se produce al servicio de un propósito político desleal con España que persigue -de modo apenas velado- la secesión de su región catalana. Propósito no siempre declarado –pero nunca negado- del nacionalismo catalán (nacionalcatalanismo), que tiene en una política lingüística discriminadora su instrumento principal y su arma predilecta. Ese trasfondo político hace que el catalán sea actualmente en Cataluña, no solo la lengua de la imposición, sino también la lengua de la secesión.

La persecución en Cataluña de la lengua común de los españoles (no únicamente a través de la inmersión, sino también de otros medios como su marginación en el mundo oficial) es tanto más aparatosa y forzada cuanto que el español es la primera lengua de uso en Cataluña, según se establece (solo cabe hacerlo mediante una encuesta con garantía oficial, ya que el dato censal no existe) en la Encuesta de Políticas Públicas de la Generalidad 2007, publicada en junio 07. A partir de esa Encuesta -el dato es, por tanto, oficial e incontrovertible- el español es la primera lengua de uso en el conjunto de Cataluña en los tres usos básicos: en casa, en el trabajo, con los amigos.

Privar contra su voluntad a los español-hablantes de Cataluña de usar como lengua de enseñanza (vehicular) de sus hijos la lengua materna y habitual de los mismos, que es además la única lengua oficial de España (oficialidad compartida en Cataluña con el catalán) y la lengua común de los españoles -además de la segunda lengua de comunicación universal- no es simplemente injusto sino que adquiere tintes ubuescos.

La inmersión escolar en una lengua extraña a la materna en edad muy temprana es considerada nociva por los expertos en educación. Solo en circunstancias especiales puede la escolarización en lengua ajena a la materna no causar perturbaciones al escolar y la misma solo tiene sentido si es voluntaria y en una lengua de prestigio, como cuando se lleva a los niños desde el inicio de su vida escolar a un colegio en inglés no siendo esa su lengua. En Cataluña la inmersión en catalán es causante de un mal aprendizaje por los alumnos español-hablantes de la generalidad de las asignaturas y, además, del abandono prematuro de la enseñanza obligatoria (fracaso escolar), que alcanza la terrorífica tasa de 42% para los escolares español-hablantes frente a 18% para los catalán-hablantes.

La disculpa actual para la discriminación del idioma español -queda atrás la teorización inane y desacreditada sobre que el catalán sea la una única “lengua propia” de Cataluña- es que el catalán es la “lengua débil y en desventaja” a la que hay que proteger mediante una “discriminación positiva”. Los derechos civiles básicos de las personas no pueden ser sacrificados por la protección de una “lengua débil y en desventaja”. Nada hay de extraordinario en que esa lengua siga siendo “débil y en desventaja” si ese el resultado de la libre elección de los habitantes de Cataluña en cuanto al uso de las lenguas. Las lenguas no tienen que ser igualadas en fuerza sino en derechos.

El catalán está suficientemente protegido al reconocérsele la cooficialidad -en Cataluña- con el español y al asignársele en esa Comunidad el papel de lengua de enseñanza en paridad con el español, lo que garantiza que todos los escolares resulten capacitados para usarlo. Si pese a tal protección los habitantes de Cataluña dejaran de hablarlo en una amplia dimensión habría que aceptar ese desuso. También dejó de hablarse el latín que era más importante.

Cuando se invoca el precepto de la Constitución Española (artículo 3.3) que establece que “la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” se tiende a olvidar -por los campeones de la promoción de las lenguas regionales autóctonas- que entre esas modalidades lingüísticas de España figura en primer lugar la lengua común -que permite el entendimiento entre todos los españoles- y que debe por tanto ser protegida en su carácter de lengua común.

El cumplimiento del objetivo de la política lingüística nacionalcatalanista de convertir al catalán en la primera lengua de uso de Cataluña -logrando de ese modo una “desespañolización lingüística” de la Comunidad, preludio de otras- no sería bueno ni para España ni para Cataluña. Es bueno por el contrario -para la una y para la otra- el que el español continúe siendo la primera lengua de uso de Cataluña y que de ese modo no pierdan los españoles el gran bien que supone disponer de una lengua común -producto de la historia- en la que poder entenderse todos.

Ese objetivo de marginar al español y relegarlo a ser una lengua secundaria en Cataluña lo han pretendido los nacionalcatalanistas durante dos décadas, en las que han ejercido el gobierno autonómico, con toda clase de presiones y abusos, incluido el propagar entre el pueblo sencillo -y en lo posible hacerlo realidad- que el español era una lengua sin prestigio en Cataluña y con cuyo uso habitual ni siquiera se tenía asegurado ganarse la vida o integrarse en la sociedad.

Han fracasado esos nacionalistas en tal pretensión como se ve al comprobar que el español sigue siendo la primera lengua de Cataluña globalmente considerada y que tiene un predominio -puede decirse- abrumador sobre el catalán en Barcelona, tanto municipal como metropolitana. Tal fracaso es semejante al de los nacionalistas irlandeses que no pudieron imponer el gaélico o irlandés -en lugar del inglés- como primera lengua de uso en Irlanda. Resulta que en Irlanda, tras ochenta años de independencia política -pese a ser la lengua autóctona declarada primera lengua oficial por la Constitución, segunda el inglés, y ser enseñada a todos los niños en la escuela) el inglés es hablado como primera lengua por el 90 por 100 de la población frente al 10 por 100 que habla gaélico.

Tras haber sido desplazado el nacionalismo catalán del gobierno autonómico -en 2003- nunca volverán a disponer de unas condiciones tan favorables para perseguir su objetivo de desespañolización lingüística de Cataluña. Además la resistencia a tal objetivo -hasta ahora instintiva y pasiva- deviene más activa y apoyada en la reflexión. La lengua común de los españoles ya ha ganado la batalla de su permanencia como tal en Cataluña. Ha sido una proeza del pueblo sencillo que -sin líderes ni apoyo alguno, al contrario, víctima del oficial vilipendio y en la mayor desasistencia- se aferró por un instinto certero no exento en ocasiones de auténtico heroísmo a lo que percibía como la médula de su identidad y de su dignidad, su lengua y su cultura. Las sevicias y maltratos sociales que continúan siendo infligidos a los español-hablantes pierden progresivamente todo sentido ante la constatación de su ineficacia.

La lucha contra la odiosa y humillante discriminación por motivo de lengua que continúan padeciendo más de la mitad de los habitantes de Cataluña -particularmente en lo que se refiere a la escuela- es una lucha de derechos civiles, como lo fue la que tuvo lugar con el ‘movimiento de derechos civiles’ contra la discriminación de los negros estadounidenses en las décadas de 1950 y 1960. Los español-hablantes son los ‘negros estadounidenses’ de Cataluña, habiendo sido reducidos –como bien se ha dicho- a la condición de ‘ciudadanos de segunda’.

Nuestro objetivo es acabar con la inmersión obligatoria en catalán de los niños español-hablantes en edad escolar que cifra y condensa toda una política lingüística de discriminación del idioma español en Cataluña, implantada por el nacionalismo catalán gobernante en la Generalidad durante 23 años -hasta 2003- y que ha sido heredada acríticamente por la socialdemocracia gobernante desde esa fecha.

Nuestra batalla contra la inmersión escolar discriminatoria en Cataluña tiene semejanza con el citado movimiento contra la discriminación de los negros estadounidenses cuyo principal adalid fue el clérigo y mártir de raza negra Martin Luther King, que adoptó la vía de la no-violencia (inspirada en Ghandi) como método de acción. El movimiento de King nos sirve de inspiración y de modelo por lo que hemos colocado el nuestro bajo su advocación. Nos calificamos como resistencia no violenta.

Nuestra resistencia cívica no violenta tiene como principal instrumento de presión la declaración de un BOICOT AL USO DEL CATALÁN EN CATALUÑA MIENTRAS DURE LA INMERSIÓN, boicot a cuya observancia masiva llamamos. El boicot se terminará cuando acabe la inmersión.

Nuestro modelo alternativo al de la inmersión (escuela con el catalán como única lengua vehicular) es el modelo de tres vías escolares que ya se utiliza en el País Vasco: Vía A con español como lengua vehicular y catalán como asignatura, Vía B con catalán como lengua vehicular y español como asignatura, Vía C -o mixta- con español y catalán como lenguas vehiculares en un plano paritario. Si se incorpora el inglés como lengua vehicular no debe afectar a la paridad de español y catalán.

Los promotores de la presente resistencia permanecemos en el anonimato porque nuestros nombres no tienen ninguna importancia y también porque no queremos ofrecer blancos fáciles para las represalias de cualquier tipo. Nos identificamos con el pueblo agredido y maltratado y continuamos una muy hispana tradición según la cual es el pueblo agraviado el que restituye el agravio. Somos así simplemente fuenteovejuna.

Para concretar el tipo de acciones a través de las cuales se realizará el boicot hemos elaborado el DECÁLOGO que proponemos como guía a los que se adhieran al mismo. Agradeceremos su difusión a publicistas y medios de comunicación, así como cualquier apoyo al boicot.

Iniciamos un camino sin retroceso. Pocos o muchos los adheridos al boicot adquirimos el compromiso de prescindir del uso activo y pasivo del catalán (ni hablar ni escuchar esa lengua salvo en la clase de catalán en la escuela, en otras asignaturas nosotros hablaremos español y escucharemos catalán si no podemos evitarlo) hasta que la inmersión sea abolida. Cuanto más se prolongue la actual situación más seremos pues otros se irán uniendo y nadie tendrá motivo para abandonar su actitud. Podemos vivir solo con nuestra lengua.

Resistencia Cívica No Violenta Contra la Inmersión Escolar en Catalán - Martin Luther King
(23 Julio 2007)

VER: DECÁLOGO DEL BOICOT AL CATALÁN EN CATALUÑA MIENTRAS HAYA INMERSIÓN .

Albert Rivera y Rosa Díez de España. Encuentros Ciupedanos II

En esta segunda entrega de nuestros Encuentros Ciupedanos podemos observar a Albert Rivera haciendo un dúo con Rosa Díez (perdón) de España. Desgraciadamente, no se ponen de acuerdo en el tema.

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