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martes, 9 de septiembre de 2008

PSOE: el partido de la desigualdad

No todos los socialismos son iguales. El socialismo español es un modelo de sectarismos, que no se sabe si emula o es emulado por las repúblicas populistas de izquierdas latinoamericanas. Nada que ver con el socialismo europeo, con la socialdemocracia nórdica, con el riguroso socialismo alemán, con el laborismo inglés o el partido demócrata norteamericano. Había un socialismo similar en Italia, pero se autodisolvió antes de que algunos de sus dirigentes acabaran en la cárcel o el exilio.

El socialismo español se caracteriza por la defensa a ultranza de intereses particulares antes que generales, explotando un criterio estrictamente electoral de defensa de las minorías, que muestran una peculiar debilidad política entre el victimismo y la dependencia.


En la cuestión de género se ven con claridad los intereses del PSOE de Rodríguez Zapatero, en el tema de la “violencia de género” no defienden al género femenino, defienden a una minoría política dentro del género femenino que es la que protesta y rentabiliza la cuestión del machismo en España. La mayor parte de las mujeres son menos cerriles y comprenden que la cultura no se cambia por decreto político que explota la violencia, sino por educación en igualdad entre sexos, y no por la propaganda paleta que convierte a todas las mujeres en víctimas y a todos los hombres en agresores, que reparte puestos en la administración, no por los méritos, sino por los genes, y que convierte el feminismo en una bandera revolucionaria, cuando en realidad es una violencia que provoca más problemas que soluciones.

En el tema de la homosexualidad, la política de Zapatero no defiende los derechos de los homosexuales, más bien los politiza para convertirlos en bolsa electoral permanente. Hay muchos homosexuales que no están en política y viven felizmente con sus parejas en libertad plena, pero al PSOE sólo le interesan los homosexuales reivindicativos y beligerantes, una pequeña minoría dentro de los homosexuales.

En relación a los jóvenes, el PSOE defiende un estereotipo de juventud rentista, que se queja de las dificultades y que acude a cualquier acto reivindicativo en defensa de los intereses socialistas. Es la juventud polítizada la que defiende el PSOE, las juventudes progresistas que viven en y de la política, enarbolando la lucha, enfrentándose contra cualquier autoridad, menos la del PSOE. No defiende a los estudiantes, trabajadores, o parados que no crean problemas, sino a los “okupas”, “outsiders”, y caraduras que no pegan palo al agua hasta que son convocados a “los actos” políticos.

En relación a los mayores, el PSOE no defiende a los pensionistas que han trabajado durante su vida y se tienen merecido el descanso y la paga mensual, no, defiende a los pensionistas anticipados que han provocado los sindicatos de clase, a los pensionistas que políticamente se dejan querer por el PSOE con autobuses y bocadillos, nunca a los pensionistas independientes que no venden su dignidad por unas lentejas caducadas.

En relación a los parados, cada día más numerosos, el PSOE no defiende a todos, sino a los que son parados potenciales electores del PSOE, a los que se dejan querer y a los que están dispuestos a barrer campos de fútbol, o calles, porque en su vida han tenido otra aspiración que la de que el Estado les mantenga.

En relación a los pobres, el PSOE no defiende a los ocho millones de personas que las están pasando putas en estos momentos, sino a los que muestran que han sido los capitalistas, el PP o la injusticia las que les ha llevado a esa situación y protestan por ello.

En fin, el PSOE nunca defenderá la igualdad de los españoles por qué le interesa que haya diferencias de todo tipo, y cuanto más abismales mejor, en realidad el PSOE gana las elecciones por qué las diferencias entre los ciudadanos de este país han aumentado en todos los ámbitos, económicas, políticas, territoriales, jurídicas, de género, y de cultura.

Evidentemente, si no son capaces de defender la igualdad que políticamente es su emblema más ostentoso, que vamos a decir de la libertad. Los socialistas españoles son exactamente el antídoto de la libertad, con ellos la libertad es imposible, sólo hay una libertad: la de creer que los socialistas españoles son lo que separa a los ciudadanos de este país del abismo capitalista y depredador, algo así como lo que los talibanes les cuentan a los niños musulmanes sobre Occidente.

La estrategia política del PSOE consiste en hacernos desiguales sin llegar a considerarnos diferentes, dejarnos en la tierra de nadie de la alienación y la anomia, para que absolutamente desidentificados con cualquier criterio de valor que no sea la disolución en la masa, nos acabemos convirtiendo en ganado electoral, y seamos dóciles como corderos que llevan al matadero.



Biante de Priena

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