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viernes, 23 de enero de 2009

El porvenir de UPyD

El voto emocional del PSOE

No resulta fácil explicar como un partido como el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, ha obtenido once millones de votos en las pasadas elecciones generales. Desde una perspectiva social, es una prueba significativa del singular acervo político de sus electores y su indiscutible ingenuidad.

El Gobierno del PSOE de Rodríguez Zapatero, es el peor gobierno en la historia democrática reciente de España, no levanta grandes simpatías en quienes lo apoyan (excluidos los fanáticos, que los hay en todas partes), pero crispa exacerbadamente a quienes no le han apoyado, excepción hecha de los nacionalistas, que se han beneficiado de su prodigalidad económica.

¿Qué razones puede tener un ciudadano español para apoyar al PSOE?. Expongamos el asunto por etapas.

En primer lugar hay un par de millones de españoles que han votado al PSOE fundamentalmente para no votar al PP, en realidad, la mayoría desconocen tanto los entresijos del PSOE, como los del PP, pero el talante de Zapatero le hace “parecer” amable ante la crispación manifiesta de Rajoy, y el desdén posterior, al saber que diciendo verdades -que la gente prefiere no escuchar-, no recibe apoyos suficientes. Posiblemente, de este par de millones de españoles que en las pasadas elecciones generales apoyaron al PSOE, hoy no lo harían en su inmensa mayoría, pero tampoco estarían dispuestos a votar al PP masivamente –tal vez doscientos mil o trescientos mil como mucho, apoyarían al PP-, y lo harían en blanco, por UPyD o se irían directamente a la abstención.

En segundo lugar hay unos siete millones de españoles que apoyarán siempre al PSOE, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, porque no tienen otra alternativa disponible, que resulte coherente con sus principios, valores y creencias.

Por último, hay un par de millones de electores que apoyaron al PSOE, que podrían no haberlo hecho, pero lo hicieron porque otras opciones izquierdistas o nacionalistas, como IU o ERC, habían cometido numerosos errores en la pasada legislatura, por exigir demasiado del partido mayoritario de la izquierda. Estos electores, tampoco votarán al PP en ninguna circunstancia.


El voto decadente del PP


El Partido Popular atraviesa la mayor crisis de imagen de su historia, ni en la época de AP, atribuyéndosele continuidad con el franquismo, su imagen fue tan devaluada por sus propios electores y tan derechizada por sus rivales.

Evidentemente, el PSOE no es el responsable de todas las “cosas negativas” del PP, porque sus dirigentes han demostrado su inutilidad absoluta para afrontar una lucha en condiciones óptimas. El PP de Rajoy juega en estos instantes a la estrategia de mirar para otro lado, porque sabe que el PSOE se está deteriorando por la crisis, lo que supone un nuevo y enorme error, porque exactamente deberían hacer lo contrario, pero no saben reaccionar ante la estrategia victimista del PSOE, no saben decirle al Presidente del Gobierno: señor Zapatero, estos han sido sus errores, de forma alta y clara, o en realidad no quieren hacerlo, porque el inquilino de La Moncloa, sabe enrocarse como nadie ante las agresiones: “señor Rajoy, ¿cómo me dice usted eso a mí?, yo que....”.

Los errores comunicativos del PP, y los aciertos propagandísticos del PSOE, han creado un espacio suficiente para la aparición en escena del Partido de Rosa Díez, dispuesto a dar la batalla electoral a ambos, con un discurso normalizado políticamente, que huye al mismo tiempo del pensamiento políticamente correcto del PSOE y de la ausencia-exclusión-ostracismo, del PP. De los diez millones de votos del Partido Popular en las pasadas elecciones, hay dos millones que pueden dejar de apoyarlo, para irse a UPyD o a la abstención.

La incógnita de UPyD

Pero UPyD, en realidad, aprovecha el espacio político, la brecha que ha dejado el enfrentamiento entre las dos grandes formaciones políticas de nuestro país, para incrustar sus buenas palabras en la demanda de soluciones de los ciudadanos. Inteligentemente, no se ha enfrentado radicalmente con ninguna de las dos, porque eso le puede proporcionar votos de ambas, aunque ha realizado matices interesantes: oposición radical al nacionalismo, recuperación de la educación para el estado, laicismo, defensa de las libertades y los derechos para todos en igualdad, una defensa interesada y provisional de la nación española por intereses exclusivamente electorales, más que por sólidas convicciones.

UPyD está replicando el modelo del CDS, que sobreeleva a su carismática líder, con un discurso racional normalizado, que Rosa Díez patrocina de forma ecléctica en la búsqueda de un utópico consenso en algunos temas entre el PSOE y el PP. UPyD aspira a ser un partido bisagra no nacionalista, que pueda corregir los desvíos del PSOE o el PP, según le interese. Sigue la trayectoria del PSOE en políticas sociales y estatales, y la del PP, en políticas contra el nacionalismo, defensa de una interpretación común de la Constitución, y un discurso que apoya las libertades y el Estado de Derecho, junto a un modelo económico liberal moderado y contrastado, que sigue las propuestas socioliberales y justicieras de Rawls. UPyD, al igual que los nacionalismos, rentabiliza el desgaste de los dos partidos mayoritarios de nuestro país.

Sin embargo, a UPyD todavía le falta mucho recorrido para ser una alternativa a los grandes partidos mayoritarios. Algunas de las cuestiones que tenía que haber resuelto para optar con posibilidades a obtener buenos resultados en las elecciones autonómicas del País Vasco y Galicia, están pendientes. Las campañas autonómicas de UPyD serán de bajo nivel, preparatorias de la opción clave, que serán las Elecciones Europeas.

En realidad, el objetivo de UPyD era darse a conocer en las elecciones generales, y las autonómicas de marzo, para presentarse con fuerza en las próximas Elecciones Europeas de junio.

El voto de castigo al PP y PSOE que será recogido por UPyD, y rescatado de la abstención, será numeroso. Aproximadamente cuatro millones de votos estarán al alcance del partido de Rosa Díez. Al ser unos comicios de circunscripción única, el sesgo nacionalista de la regla proporcional de D´Hondt, redundará en su beneficio. Por cada 300.000 votos aproximadamente, obtendrá un diputado. También será una gran oportunidad para saber si las cosas se han hecho bien dentro del partido de Rosa Díez, que se ha cerrado sobre sí mismo para establecer una expansión por todo el territorio nacional, con una intervención bastante leninista de su secretario general, Carlos Martínez Gorriarán, que ha manejado la estratificación de su formación política con zarpa de hierro, con un excepcional sesgo socialista, excluyente de otras alternativas ideológicas, como liberales, radicales, o formaciones sectoriales.

¿Transversales?

El monopolio socialista de la organización de UPyD, repercutirá sin duda, en los resultados electorales que obtendrá, tanto en las elecciones autonómicas, como en las europeas. La cerrazón ideológica, la ausencia de una auténtica transversalidad, impedirá que buena parte de los electores huérfanos voten a su partido y se irán directamente a la abstención. Igualmente, la caza de brujas de los discrepantes de su modelo, junto con la ausencia de un clima democrático y libre, también reducirán considerablemente los votos de UPyD en autonómicas y europeas.

Un partido de diseño, no ayudará al mensaje de Rosa Díez, que terminará respondiendo ante las cámaras, como piensa conseguir en el Estado lo que no es capaz de conseguir en su propio partido. Hay demasiada soberbia y demasiado miedo en los dirigentes de UPyD, para que las cosas salgan bien.

Posiblemente en las elecciones vascas y gallegas, no se obtendrá representación, y la que se conseguirá en las elecciones europeas será mucho menor de las expectativas creadas, porque lamentablemente, la ocasión es única y no sabrá aprovecharse, fundamentalmente por la soberbia y el papanatismo acomplejado de una dirección política que piensa que con estar en la gran oportunidad será suficiente.

Ni mucho menos señor Gorriarán, se equivoca usted, como anteriormente lo hicieron sus antecesores de Ciutadans. Verá, quien teme a la libertad, no triunfa en unas elecciones, y menos, en unas elecciones en la que los ciudadanos están hartos de los políticos al uso, y no quieren reiterar errores con el más de los mismo.

Su formación necesita sentirse cómoda en internet, para eso requiere mensajes propios sobre la marcha, en los foros, los chats y los sistemas de comunicación instantánea, no mensajes robotizados reiterados mil veces, en un victimismo patético. Internet es el medio necesario para alcanzar el fin de la representación política que persigue su partido, donde no hay recursos suficientes, tiene que brotar el ingenio, y precisamente su actuación directiva, coarta e impide cualquier genialidad, cualquier organización eficiente del discurso, cualquier impacto sutil e inteligente, esos guiños al electorado que posteriormente se materializan en resultados electorales. Para eso, se necesita un equipo libre y genuino, que crea de verdad en lo que defiende, porque el marketing electoral se nota y huele que apesta a propaganda, y la gente lo rechaza.

Por otra parte, se necesita un clima sosegado en el partido, no una exclusión de las discrepancias y las críticas, al contrario, si son hechas de buena voluntad, sirven para corregir errores –claro, si se piensa desde el divismo que eso es imposible, resultan innecesarias-.

La gente no ha llegado a su partido para escuchar su interpretación del mundo, o la de Rosa Díez, no, ha llegado para participar, pero no como un ejercito del siglo XVIII, sino como partidas bandoleras, al borde de la transgresión permanente, y dispuestas a sacarle los colores a sus rivales. Su visión de la realidad es oportunista y eso se nota demasiado, carece de agilidad y de solidez.

¿Qué queda de plataforma pro en UPyD?

Los deberes están sin hacer, y en vez de incorporar a su partido a toda la discrepancia de este país, para luego tratar de organizarla, ustedes se han ofuscado en la selección de personal, incorporando a los más dóciles, y excluyendo a los más rebeldes, que son los únicos con capacidad de presentar batalla por sí mismos contra sus rivales.
Quien ve enemigos donde no los hay, termina emparanoiándose, y es una pena, el tremendo error que se está cometiendo, que se acabará pagando caro. En el modelo de líder mediático, Rosa Díez no tiene nada que hacer ante Zapatero, que pondrá cara de cómo me dice usted estas cosas, señora, si cuando compartíamos partido, precisamente decía lo contrario. El discurso hostil permanente de Rosa Díez contra el gobierno, puede quitarle algunos miles de votos al PP –que ahora no les dejará hacer, porque se juega mucho y presentará batalla denunciando que Rosa Díez es socialista, y no ha cambiado y estuvo en el gobierno con el PNV, al que ahora critica- y en el PSOE será estigmatizada como traidora a los ideales socialistas, ahora precisamente que necesitamos toda la unión de la izquierda para llevar este país al progreso que le ha negado la derecha.

No, señora Díez, señor Gorriarán, se están equivocando, cuando los portaviones acerquen sus costados para el combate final –que será en las europeas- terminarán hundiendo la piragua, porque sin obtener diputados en las autonómicas gallegas y vascas, y con menos de cinco en las europeas, no tendrán nada que hacer en el futuro.

Lo inteligente es buscar aliados, no convertir enemigos hasta a los amigos, para no tener problemas, para tenerlo todo controlado, para que no haya discrepancias, para que no haya más que un discurso único pronunciado por Rosa Díez, precisamente cuando el mayor problema es la supervivencia. Recoja usted las buenas lecciones de ciutadans, pregúntese por qué razón la gente que salió de ese partido, que busca precisamente lo que UPyD defiende, hoy no está en su partido, y abjura de su torpeza. Y los que están en Ciutadans, que se han quedado esquilmados y sin posibilidad de reacción, cada día se aproximan más a UPyD.

Y volverá a repetirse la historia, una vez más, otra oportunidad perdida, lo que pudo haber sido y no fue, exactamente lo mismo que ha ocurrido en Ciutadans, que los dirigentes no estaban a la altura del proyecto que querían representar, y los militantes de base se hartaron de tantas estupideces como se cometieron.

Y como no quiero conflictos, por expresar lo que pienso, a partir de hoy y hasta que no se celebren las elecciones europeas, quien suscribe procurará no volver a hablar de UPyD. Ni para bien, ni para mal. Lo que tenía que decir, ya está dicho.

Pero aprendan del Presidente Obama incorporando a su rival Hillary Clinton, para lograr la cohesión que necesita en su proyecto. Los críticos siempre se diluyen en la victoria común, jamás en la derrota. Ignorar a los críticos, supone derrota segura, en las elecciones y en la historia, porque son el espejo de los errores cometidos, hasta que se convierten en aciertos. La incorporación de los críticos al proyecto común, y no su anulación, es el revulsivo que necesita UPyD para triunfar en las próximas elecciones. Nadie como los críticos para enfrentarse a los rivales. Pero tal vez, ya sea demasiado tarde para cambiar de estrategia.


Biante de Priena

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