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miércoles, 12 de agosto de 2009

Mil días de Ciudadanos en la Red

Ninguno de los que comenzamos este viaje un día de noviembre de 2006, sabíamos que la existencia de este blog cruzaría la barrera de los mil días, pues lo hemos conseguido, sorteando numerosas dificultades, dejando de vivir otras cosas, remando como posesos.

Quien iba a decirlo, pero cuando este blog comenzó, pilotado por algunos seguidores de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera había llegado al Parlament con tres mosqueteros que prometían cambiar la realidad asfixiante para los españoles en Cataluña; hoy, dos de aquellos representantes ocurridos han abandonado el barco y el partido naranja da sus últimas bocanadas en la orilla de ninguna parte, esperando que la agonía no sea eterna. Tanto como debatimos en aquel foso (así se llamaba el foro de Ciudadanos), pensando que las opiniones de los militantes contaban para algo, tanto como disputamos por la razón, tanto como denunciamos las tropelías de los dirigentes del partido, para quedarnos perplejos como estatuas ahora que su vida se extingue.

Quien iba a decirnos que Ciudadanos en la Red sobreviviría a formación política de origen, ahora que lo pienso, parece mentira, pero han pasado casi tres años y las cosas han cambiado, porque entonces había un grupo numeroso de gente ilusionada y hoy hay un grupo numeroso de gente quemada, gracias a la ineptitud de los dirigentes de Ciudadanos, que en su torpeza, fueron cerrándose en el poder y desalojando a sus principales apoyos, a los que estaban dispuestos a trabajar por una idea, para llevar el partido a buen puerto, pero nunca para unos representantes palurdos e inadecuados. Sólo hay que mirar lo que han hecho, para saber exactamente el nivel de su incapacidad.

Ahora estamos asistiendo con UPyD a un espectáculo similar, con una líder que se ha rodeado de un grupo de leales seguidores, expulsando a los que no piensan como ellos, mostrando su inefable incapacidad para hacer algo que pueda considerarse democrático. En el foro de Ciudadanos en la Red, cada día nos sorprendemos con una nueva entrega del magisterio de los errores de la cúpula del partido magenta.

Hoy precisamente, algunos participantes habituales se planteaban si merecía la pena acudir al congreso fundacional convocado para noviembre –tras dos años de carencia democrática-, y legitimar de esa forma lo que proponga Rosa Díez. Algunos hablaban incluso de que como condición para hacerlo el consejo de dirección debería dimitir y Rosa Díez poner a disposición del partido su cargo, por todas las arbitrariedades y errores cometidos.

En fin, ya se verá que ocurre, pero tampoco el partido de Rosa Díez, con una democracia chavista podrá hacer mucho en el futuro, porque para ilusionar a la gente y que sigan trabajando, al menos hay que tener la habilidad de no deshacerse de algunos de los mejores fichajes que tenía el partido, porque los dirigentes han ejercido su poder de forma despótica e impropia para un partido democrático español del siglo XXI y han apartado a casi el 80 % de los que acudieron un día a fundarlo, su consejo fundador inicial.

En cuanto a la situación que atraviesa España, guiada por su ilustre Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y opositada por es portento del mutismo mimético que es Mariano Rajoy, y esquilmada por todos los nacionalismos particulares, no creo que resista mucho en esta situación de quiebra e incertidumbre. Vienen tiempos muy difíciles para los españoles en los que se reunirán todos los errores cometidos en un auténtico tifón social.

A los fundadores de Ciudadanos en la Red quiero expresar desde aquí mi agradecimiento, aunque algunos ahora estén cansados y se hayan ido provisionalmente a recuperarse del esfuerzo de estos años, quiero decirles que Ciudadanos en la Red sigue adelante y espera su regreso cuando bien lo decidan, porque este blog y toda la plataforma que le acompaña, necesita del esfuerzo de todos para lograr los objetivos que se propusieron al principio: mostrar la auténtica realidad totalitaria de los nacionalismos y el estado de putrefacción política en el que estamos viviendo los españoles, gracias a los que dicen ser nuestros representantes, y representan exclusivamente sus intereses personales y los de sus partidos.

Queremos informaros que en los próximos meses iremos haciendo algunos cambios en nuestros blogs y foros, porque ya va siendo hora de renovarse.

Muchas gracias a todos los que nos han acompañado en este extraordinario viaje.

Ciudadanos en la Red

La difamación y el artículo 18 de la Constitución Española

Lo dicho, dicho está, ha manifestado Mariano Rajoy. Alfredo Pérez Rubalcaba, ha considerado que el tema de las escuchas es la mayor infamia que se ha producido en la historia de la democracia española, lo que es mucho decir habiendo temas como el 23-F, el GAL y el 11-M por el medio, sin mencionar siquiera las estrategias de desprestigio urdidas contra el Partido Popular, desde el tema del lino en la Unión Europea, aportado en su día por Rosa Díez, hasta el Nunca Mais, el asedio de Madrid o Valencia, los cordones sanitarios, las tensiones provocadas, o la ignominia de aliarse con las tesis de talibanes no identificados el 11-M para triunfar en las elecciones generales, sirviéndose de una campaña insidiosa de difamación para desplazar del poder al Gobierno legítimo de España en 2004, un gobierno del PP.

Ayer, el señor Rubalcaba daba una rueda de prensa y mostraba su crispación, tanto porque ha tenido que tragarse que las fuerzas del Estado han ultrajado a unos políticos del PP en Mallorca, como por no saber si los terroristas están aún o no en la isla, como por la atribución de su responsabilidad (indirecta o directa) en el tema de las escuchas telefónicas al principal partido de la oposición.

El señor Rubalcaba sabe que la infamia es un delito en nuestro país, contemplado en el artículo 18.1 de la Carta Magna: “Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”, precisamente el mismo apartado en el que se habla de la garantía del secreto de las comunicaciones por las instituciones, en el artículo 18.3: “Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial”.

La reacción del señor Rubalcaba, ha dejado sobre la mesa un grave problema, que los analistas políticos, en este verano extraño, todavía no han capturado, y que es el siguiente: si el señor Rubalcaba ha dicho que las declaraciones de la señora Cospedal son la mayor infamia en la historia de la democracia española, lo que tiene que hacer es acudir a los tribunales y poner una querella por difamación, injurias o calumnia a la señora Cospedal, porque ha cometido un delito contra el señor Rubalcaba y todos los representantes de las Fuerzas del Estado, en particular los de designación política (como ha matizado más tarde Mariano Rajoy). El ministro del interior debe actuar con contundencia ante estos hechos, porque en su persona están representadas las fuerzas de seguridad del Estado, si no lo hace está consintiendo un delito penal (artículos 205-216 Código Penal vigente en España), castigado con pena de prisión.

Salvo que no haya sido un delito contra su honor, porque realmente la acusación del PP sea cierta, en este caso, evidentemente, no puede presentar una querella contra la señora Cospedal, pero sí puede decir todo lo que le parezca ante las cámaras de televisión, mostrándose ultrajado, pero sin mover siquiera un dedo por defender el honor de las fuerzas de seguridad del Estado que dirige y representa.

La vicepresidenta De la Vega, otra “ultrajada de micrófono” debería aconsejarle que lo hiciera, porque la difamación, injuria o calumnia contra un miembro del Gobierno por parte de la número dos del partido de la oposición es un tema de Estado, que requiere la intervención inmediata del Fiscal General, mucho más que la acción partidista de persecución de asuntos archivados por el Tribunal Superior de Valencia, porque perjudican a su formación política.

Así que está claro, si Alfredo Pérez Rubalcaba no presenta una querella contra Maria Dolores de Cospedal, es que Maria Dolores de Cospedal está en lo cierto, cuando dice que su partido está siendo espiado ilegalmente, es más, la ausencia de querella por parte del señor Rubalcaba contra la señora Cospedal, es un indicador sugerente de que el señor Rubalcaba no es ajeno al conocimiento de lo que está ocurriendo con las escuchas, por eso no presenta una querella, para evitar que el tema se investigue judicialmente y pueda encontrarse con “sorpresas”.

O querella del ministro del interior a la Sra. De Cospedal, o constatación de la sospecha, no hay más alternativas. La piedra está en el tejado del Gobierno.



Erasmo de Salinas

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