desde 2.006 en Internet

domingo, 11 de julio de 2010

Burgueses (y adoctrinados) contra el Tribunal Constitucional - Fotografías Manifestación Independentista Barcelona 10-07-2010


Ayer por la tarde asistí a la manifestación independentista que tuvo lugar en el centro de Barcelona, sin ninguna duda la manifestación más grande en la que he estado nunca, pues en muchos momentos el colapso era generalizado en un Paseo de Gracia absolutamente abarrotado, de principio a fin. Podría decirse que la masa -y nunca mejor dicho- apenas podía avanzar porque todo el recorrido previsto estaba completamente lleno.

A propósito de esta manifestación, quisiera hacer algunas reflexiones, y espero que se me perdone el atrevimiento: La primera, que el principal problema de Cataluña es que posiblemente sea el pueblo más fácilmente manipulable de España –que ya es decir-. Su fuerte identidad, que la tiene, le lleva a atender a cualquier gañán que le prometa la tierra prometida -valga la redundancia-, ya sea para mejorar su nivel de vida o para liberarse de un opresor inexistente, puesto que los opresores reales son unos gobernantes que culpan absolutamente de todo al resto de España para poder seguir manipulando a la plebe y robando a sus anchas.

Se trata de una cuestión compleja, puesto que la gente, realmente, no tiene la culpa de haber nacido en eso que acertadamente se ha denominado el "oasis catalán". Cuando tú a un niño le repites innumerables veces que vive en una nación oprimida por un estado heredero del fascismo, y todos los políticos, todos los medios de comunicación, todos los profesores en su escuela, e incluso sus propios padres, le repiten esa misma canción, el niño finalmente odiará a su enemigo. Es natural que esto sea así, y no cabe echarle la culpa al niño, sino a quien lo adoctrina.

No nos engañemos. El estatuto de autonomía de Cataluña, tal y como fue aprobado por el Parlamento de Catalunya, no era una Ley para mejorar la vida de los ciudadanos residentes en Cataluña, sino para expulsar a todos aquellos que no fueran catalanistas, que no fueran nacionalistas. Ese texto incidía en recortar -todavía más- las libertades de los foráneos, o de los no nacionalistas, de tal modo que nos negaba –por ejemplo- la posibilidad de apelar al Defensor del Pueblo, o la posibilidad de educar a nuestros hijos o de comunicarnos con la administración en nuestra lengua común. Ese texto decía que la lengua española es impropia de Cataluña, y que no tiene ningún valor en esta tierra. Ese estatuto consagraba la división, el genocidio cultural que se practica en la educación catalana, desterraba la movilidad laboral y nos animaba, en definitiva, a abandonar esta nueva nación en busca de la nuestra, esencialmente para volver a ser hombres libres. El Tribunal Constitucional no ha hecho otra cosa que darnos un balón de oxígeno a los no nacionalistas, destruyendo un texto que recortaba libertades y derechos humanos, aunque somos muy conscientes de que la sentencia no va a ser acatada ni por los políticos, ni por las instituciones, ni por buena parte de la ciudadanía, lanzada definitivamente hacia el odio y la insumisión.

Por lo tanto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la sentencia no sirve para nada, es papel mojado, porque en Cataluña hace muchos años que sus políticos hacen simple y llanamente lo que les da la gana, y en una situación como esta esa sentencia sólo les sirve para asumir un papel de víctimas elevado a la enésima potencia y, en definitiva, para llegar a eso que ahora llaman "la superación del estatut". O, lo que es lo mismo, que ven la posibilidad de obtener mucho más que antes, porque ahora ya nos están explicando cada día que se han terminado las razones para atenernos a la Ley española, pues una vez que España ha demostrado que no respeta la voluntad democrática del pueblo catalán, ya no tienen por qué respetar a España, ni lo que diga el parlamento español, ni lo que digan sus jueces, todos ellos, así como toda la población española, en su conjunto, herederos directos del franquismo, dedicados a ningunear y a destruir las otras realidades nacionales de España. En definitiva, que ya no hay que respetar las leyes españolas porque vamos a tener que atenernos –sí o sí- a las leyes catalanas, que son las nuestras, las que nos damos a nosotros mismos a través de nuestros representantes locales, estos sí, democráticamente elegidos.

El problema que he descrito en estas pocas líneas no tiene solución. La población nacionalista de Cataluña está absolutamente convencida de que España les roba, de que España les oprime, de que España les odia, de que España les quiere anular como pueblo, y estamos llegando a una población talibanizada en el mismo sentido que las hordas de Herri Batasuna en el país vasco. Si bien es cierto que aquí los casos de violencia física son muy escasos, la violencia institucional y social contra quien se siente español está a la orden del día, y muchas personas se niegan a sí mismas, niegan su tradición, sus costumbres, su historia y sus orígenes con tal de ser aceptadas, obtener un empleo y un estatus cercano al de la clase dominante, que a partir de la aceptación en la secta estará siempre pendiente de sus necesidades. Es más, muchas personas entregan conscientemente a sus hijos en manos de un nacionalismo radical, porque saben que sus hijos no tendrán ningún futuro si no se mimetizan completamente con el paisaje, aunque eso suponga perderlos para siempre: la red del nacionalismo asegura trabajo y bienestar, y la seguridad de acabar integrado en una burguesía llorona, victimista, reivindicativa, y tiránica con quienes no sean de los suyos.

Como venía diciendo, este es un problema irresoluble, pues estamos alcanzando un punto de no retorno en el cual son legión los ciudadanos que se han amoldado a la realidad impuesta por unos políticos que nos han repetido innumerables veces: "o eres como yo digo, o no serás nada". Y la mayoría de la gente ha optado por ser como los políticos les han obligado a ser, de tal manera que la sociedad catalana, que tanto valora su propia identidad, finalmente carece de identidad propia, puesto que no es dueña de su propio destino, y se ha convertido en un instrumento en manos de sus gobernantes. Políticos acostumbrados a decidir no para mejorar la vida de los ciudadanos, sino para recortar las libertades con el fin de silenciar cualquier voz discordante y aumentar su poder: "si no hablas catalán no puedes trabajar", “si rotulas en castellano te cerraremos el negocio", etc, los cuales han redactado un estatuto de autonomía para darles un hachazo definitivo a todas las personas que todavía no se han sometido, y que al ver modificado su texto liberticida no tienen mejor idea que sublevar a la población civil para demostrar que ellos controlan la situación, y lanzar un mensaje a Madrid: "Nuestra población está en nuestras manos, y como no hagáis los que nosotros decimos, os vamos a machacar". Y tienen razón, pues una parte significativa de la población está en sus manos, y son capaces de manipularla para tensar la cuerda hasta que se rompa, pues estos políticos – que a buen seguro ya tienen el suficiente dinero como para salvaguardar el futuro de sus hijos y nietos- pueden caer en la veleidad de pretender pasar a la historia del mundo como los arquitectos de una nueva nación.

Y en construir una nueva nación es en lo que estamos, y es un proceso difícilmente reversible, y que podía observarse con claridad meridiana en la manifestación de ayer por la tarde, e intentaré explicarlo en pocas palabras: Zapatero abrió el melón del estatuto de autonomía de Cataluña y prometió que se aprobaría lo que decidiera el Parlamento de Cataluña. Aprovechando esa circunstancia, los políticos del lugar escribieron un texto que conscientemente anulaba los derechos constitucionales de la población para llevarnos a un nuevo escenario, donde España ya no era España y Cataluña se convertía en un parásito, que sólo apelaría a España cuando necesitara algo y al que España ya no podría exigirle –ni siquiera sugerirle- absolutamente nada. Zapatero les dio a los liberticidas nacionalistas la excusa perfecta para ganar siempre, pues redactaron un texto infumable que con absoluta seguridad sería recortado, pero antes tuvieron la inteligencia de someterlo al referendo popular. Y las pocas personas que acudieron al referéndum, la mayoría de ellos votantes nacionalistas, sin ni siquiera leer el texto, lo aprobaron. Y lo que aprueba el pueblo, deja de ser de los políticos para pasar a ser del pueblo, y ahí está la clave del asunto, y de la adhesión masiva de la gente a esta manifestación. Esa estrategia era el camino perfecto hacia la independencia. Estoy casi seguro de que esta jugada no la vieron ni Zapatero ni Maragall, pero que sí que la contemplaron desde CIU o desde ERC. Era demasiado evidente que toda esta parafernalia del estatuto de alguna manera se torcería, y que eso les llevaría al escenario largamente deseado. Lo que ocurre en estos momentos, y eso es lo que vimos ayer por la tarde, es que hay una parte muy importante de la población que aprueba la independencia que ahora exigen sus políticos. Y auguro una profundización del PSC en esos términos –para no perder poder, aunque no colará-, pero, sobre todo, un enorme éxito electoral de Reagrupament, el partido que dominó y que encabezaba realmente la manifestación, y que es un espacio fanatizado que va a llevar a una parte de la sociedad hacia una ruptura definitiva y radical con lo poco que queda de España en Cataluña. Mucho me temo que tras la sentencia del Constitucional ya no queda la menor posibilidad de que no prohíban los toros en esta región. Lástima, los aficionados no podrán volver a ver a José Tomás triunfando en Barcelona. Esa será la primera muestra de que aquí las cosas cada vez irán a peor, a no ser que alguien (¿?) le ponga remedio.

FOTOGRAFÍAS DE LA MANIFESTACIÓN:











































Fotografía tomada a un metro de Joan Carretero, líder absoluto del partido secesionista Reagrupament, que me señala con el dedo y me pide que venga a hablar con él.

-----------------------------------------------------------

ANOTACIONES FINALES:

Lo que más me llamó la atención de la manifestación es la pasividad de los manifestantes. Me recordaban a un inmenso rebaño de borregos, en el sentido de que ni churreaban ni murreaban. La práctica totalidad de los asistentes permanecieron liberalmente mudos, como si con su mera presencia bastara, y no necesitaran expresar absolutamente nada.

La mayoría de ellos parecían aburridos, y muchos incluso bostezaban, como si aquello les aburriera. También me sorprendió la poquísima imaginación y preparación del evento por parte de la gente, pues apenas había pancartas, y las pocas que encontré –y mira que caminé para arriba y para abajo- tenían poca gracia. Lo mismo podría decirse de los lemas. Entiendo que había un lema principal, que repetían la mayoría de los presentes, que era “¡dignidad!, ¡independencia!”, pero lo que en ningún momento escuché ni vi escrita fue la palabra libertad. Por supuesto, me hubiera resultado esperpéntico encontrarme con esta palabra, pues los carceleros no pueden exigir libertad, pero tal y como están las cosas, uno ya no se sorprende de nada.

Algunos lemas algo más imaginativos, o que daban más de sí, el socorrido “español el que no bote”, con lo cual todo el mundo se ponía a saltar compulsivamente, y un grupo gritando todo el tiempo “si fuese español, ya me habría suicidado”. Todo lo anterior en catalán, of course.

Pero lo más triste para mí, sin ninguna duda, la impresionante cantidad de niños pequeños envueltos en banderas independentistas. Niños pequeñísimos gritando todo el tiempo frases como “puta España” y cosas así, nunca dejan de sorprenderme, aparte de producirme una profunda tristeza, y de llevarme a reflexionar que sólo personas enfermas pueden educar a sus hijos en un odio visceral hacia sus propios vecinos.

En general, escuché a la gente hablar mucho de fútbol, y diría que esa fue la conversación principal entre los asistentes a la manifestación, todos con el deseo común de que hoy pierda España la final del mundial.

Montilla, en olor de multitud

Enlaces Relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...