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martes, 24 de agosto de 2010

¡Arrodillaos imbéciles!


Carta remitida a nuestro correo por Rodrigo Díaz.

¿A qué esperáis? poned la rodilla en tierra. ¿Acaso pretendéis seguir cómodamente sentados ante la televisión cada vez que salga en ella vuestro Presidente Zapatero o algunos de los venerables ministros que conforman el magnífico gobierno que disfrutáis, o incluso ese líder de la oposición del que no recuerdo el nombre? Es hora de que os enteréis de que sois súbditos de una de las oclocracias más avanzadas del mundo, conformada por los enemigos del “conceto” de España, los violadores de vuestra olvidada Constitución, los que viven organizadamente de vosotros, los dueños de vuestro destino. Bajad la cabeza mientras os arrodilláis, mientras os sometéis. Mostrad vuestra servidumbre al poder representado por los políticos, vuestros ilegítimos señores. Soy súbditos de Socialistán.

¿No lo sabíais? haber estado más atentos, los políticos han usurpado nuestra soberanía, por eso hoy somos sus siervos y debemos rendir vasallaje a los nuevos amos que velan por nuestro destino. Si os habéis quedado en el paro os jodéis; si eres joven y no encuentras trabajo, me importa una mierda; si os han congelado las pensiones, que os den; si os han subido los impuestos, es vuestro problema; si habéis perdido vuestra casa por no pagar la hipoteca, no haberla comprado confiando en esta mafia; si vivís peor que hace unos años... me alegro, porque os lo merecéis, eso no es nada con lo que os vendrá pronto encima. Los “demócratas” que hayáis votado en las elecciones pasadas habéis elegido el yugo que os imponen, ahora debéis asumir la opresión que os corresponda, por mequetrefes e ignorantes.

Aceptad la miseria en la que vivis, la mezquindad de vuestros gobernantes. Olvidaos de esas quejas de plañidera con que descargáis vuestra mala conciencia entre los amigos, nada de lamentos, a callarse y sufrir estoicamente, la libertad se conquista, pero se pierde con la misma facilidad si no se permanece atento a los devaneos permanentes del poder para secuestrarla, si no se defiende palmo a palmo, si no se exije respeto a vuestros derechos por los gobernantes, si se sigue siendo un creyente o un imbécil que se traga todas las mentiras intencionadas de los instalados en el gobierno y la oposición, pues entre ambos conforman el poder que os somete cada día, que decide vuestro pasado, presente y porvenir.

Al fin, España vuelve a ser lo que siempre ha sido: una sociedad dual, estamental, jerárquica, autoritaria, conformada por los que mandan y los que obedecen, por una aristocracia política y un pueblo servil, al que se engaña cada cuatro años haciéndole pensar que vive en una democracia y en el periodo interelectoral, administrando en los medios de comunicación los mensajes que os puedan poner nerviosos o tranquilos, según convenga al poder. Pleno empleo para llegar a los cinco millones de parados, desaceleración para atravesar la mayor crisis económica de nuestra historia; no habrá recortes, cuando no queda ya que recortar y comenzarán a fallar los servicios básicos. Estamos saliendo, ya estamos saliendo, cuando no hay ninguna posibilidad de que en este país se cree empleo antes de 2016.

En España no hay democracia, no se respeta la Constitución, cada uno manda como le da la gana, favoreciendo a los suyos y oprimiendo a todos los demás. No hay democracia porque los partidos políticos procuran los candidatos a los que “se debe votar” para que todo siga igual, y los inanes acuden a las urnas para ratificar la opresión del sistema organizado, todos tan felices, los que viven del pueblo aplauden siempre a los inanes por su “rigor democrático” (rigor mortis, diría yo) y los vasallos aplauden a los que han votado, en la ilusión de que los han elegido, cuando lo único que han hecho es ratificar a aquellos que sus señores les han procurado, como en la democracia orgánica del franquismo, pero son los que se consideran demócratas e insultan a los demás si no lo aceptan, sin saber siquiera que es la democracia, porque no han tenido tiempo para aprenderlo, ni nadie que les haya enseñado, ni voluntad para hacerlo. No saben que la democracia, al menos la que sufirmos en España, es una ilusión hipnótica que el poder genera para someter al pueblo, haciendo creer a los ciudadanos que son ellos los que eligen su destino, cuando lo único que hacen es conceder a otros esa posibilidad.

¡Arrodillaos imbéciles!, sobretodo si sois jóvenes, es lo que os queda, mostrar vuestra pleitesía al poder mientras os sigue aplastando. Votad malditos, aplaudid, vibrad, y emocionaos con las palabras de los líderes que veneráis, cuando os llevan al abismo de vuestra desgracia. A la espera del final seguro de vuestro bienestar procurad ser muy felices, mostrando esa bobalicona sonrisa que caracteriza a los hijos del talante, mientras contempláis paralizados la debacle que os espera.

Rodrigo Díaz

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