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martes, 19 de abril de 2011

El talento incómodo


"El mago hizo un gesto y despareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y despareció la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago". Woody Allen.

Una de las maravillas culturales que produce fascinación en estos tiempos farragosos que atravesamos en España, es la reinvención del talante, parecerá una tontería, pero no lo es. El talante forma parte de una estrategia urdida con insidia desde la propaganda más infame, con la única finalidad de desplazar al talento de la realidad pública. El talento debe ser invisible para no ofender a los que carecen de él. Reflexionar correctamente sobre los problemas y encontrar soluciones es digno de condena eterna. Para ser representante público hay que tener talante, y carecer de talento, a imagen y semejanza del gran líder mesiánico de La Moncloa, solo así se puede obtener un provechoso futuro.

La ausencia de talento de los gobernantes, explica mejor que la usura de los bancos o la mala leche de las compañías de evaluación de riesgos la crisis económica que vivimos en España. Gracias al talante tenemos cerca de 5 millones de parados, un país al borde de la quiebra, con un déficit galopante, una inflación no dinamizadora y una precariedad que asusta hasta a los niños. No se dice nada de la ímproba labor silenciosa y callada de los sindicatos mientras reciben cientos de millones de euros desde el Gobierno, bien de forma directa o por medio de los cursos subvencionados para parados, ERES, y otras tonterías sin importancia. Tampoco de todos los subvencionados pesebres que se han organizado para parásitos y advenedizos, en forma de colectivos para la defensa de las más estrambóticas singularidades culturales.

La clave es simple, por talante no se puede denominar a un estúpido, como estúpido, eso está mal visto, es políticamente incorrecto, pero tampoco a un genio, se le puede denominar genio, eso ofendería a la inmensa mayoría que no es estúpida ni genial, así que nos hemos quedado sin estúpidos ni genios gracias a un decreto cultural del Gobierno. Todo se debe entender desde el talante. Si Zapatero ha sido el presidente que ha creado más paro en España habiendo prometido alcanzar el pleno empleo para triunfar en unas elecciones, no ha mentido, se ha equivocado. Si Rubalcaba no sabe que ha pasado con el faisán, es que tiene mala memoria, tampoco se puede acordar de todo. Si a Rajoy ni está ni se le espera, hasta que lleguen las elecciones, es que no es la hora de ejercer oposición, porque eso estaría mal visto por los electores que ante todo, según el socialismo, valoran el talante como la cualidad humana más sublime, mientras estoicamente sufren y soportan la ausencia de talento en la gestión de las cosas públicas, y a veces esos pequeños deslices que, cualquier padre, haría por cualquier hijo, si tuviera ocasión.

Gracias al talante, los españoles hemos dejado de ser considerados como idiotas cuando soportamos los gobiernos más ineptos y mendaces de nuestra historia, simplemente somos estoicos, una población recia, que sabe encajar de forma magnífica las patadas al hígado de nuestro bienestar que nos conceden nuestros eximios representantes públicos. Ahora somos solidarios con el Gobierno, en vez de decir que estamos secuestrados en la decadencia más extenuante por los gobernantes. Aquí ni dios se equivoca, y como rectificar es de sabios, pero gracias al talante ya no hay sabios, si hay parados, debe ser una enfermedad periódica y natural del país; si hay déficit, posiblemente sea por culpa del cambio climático; si cada día nuestra deuda se incrementa, es porque el Gobierno vela por todos nosotros como si fuera la misma representación del Padre Estado, al tiempo que carga a las próximas generaciones con el pufo que va a dejar de legado. Un 45 % de paro juvenil es la desmotivación natural ante las numerosas oportunidades de ocio que tiene nuestra juventud adoctrinada, todos con dinero suficiente para divertirse, acceso a internet, móviles y mucho tiempo libre que pueden dedicar a contemplar los programas de televisión con más talante de nuestra historia. ¿Se puede ser más afortunado?

¿Pero qué es el talante?, pues un valor incrustado culturalmente por el socialismo en España con el único objetivo de desplazar al mérito y el talento de las oportunidades laborales, vamos, un auténtico robo, una apropiación indebida de los cargos públicos por reunir como méritos fundamentales el carnet del partido y la fortuna de la designación de los que mandan, porque gracias al talante, José Blanco puede ser ministro, aunque su talento para tal actividad esté aún por descubrir, al tiempo que Zapatero ha logrado llevar a este país a la ruina, aunque al final seguro que nos dirá en sus memorias que lo hizo por el bien de los ciudadanos y la búsqueda de las mayores cotas de bienestar. Con José Luis Rodríguez Zapatero, la realidad tiene la mala costumbre de equivocarse.

Pero lo del talante tiene su interpretación, el talante es un valor que se ocupa de las relaciones entre las personas, mientras desprecia la condición de las personas. Así un inepto y un genio que se relacionan de media dan un mediocre, gracias al talante, al inepto se le suple la ineptitud por compensación, y al genio se le retira la genialidad por lo mismo. Una sociedad mediocre, homogénea e igualitaria es lo que nos queda como resultado, porque en la mediocridad surgen las características determinantes para que alguien pueda votar por el talante y no por el talento a sus representantes públicos. El electorado para quien lo cultiva. Así tenemos políticos que son la leche del buen rollito, pero no tienen ni pajolera idea de lo que se traen entre manos cuando son nominados para gestinonar la cosa pública. La política del Gobierno es sencilla, destroza para construir y colocar a los tuyos desde el sectarismo más infame. El cristalero deshonesto que se pasa la noche rompiendo cristales a pedradas, para ser contratado por las mañanas para colocarlos de nuevo, tiene un floreciente negocio, como esa empresa estatal que es el PSOE.

El problema fundamental de la cultura del talante es que ha vaciado de talentos los lugares de decisión sobre asuntos públicos en las instituciones españolas, así nos va como nos va, con paz y amor, y cinco millones de parados con mucho talante. Hoy, en España, tener alguna cualidad especial es una condición peligrosa, porque a todo el que destaca en algo por si mismo, es sospechoso de haber traicionado a la mediocridad circundante, como en la época del jmer rojo en Camboya; en una sociedad mediocre y homogénea, no puede existir alguien con talento, y si se da esa extraña circunstancia, seguramente que no tiene talante, lo deseable por el poder socialista es talante y no talento. Así que lo que nos espera es contemplar como gracias al talante, España se hunde en la miseria, hemos perdido poder adquisitivo, nos han subido los impuestos, varios millones de ciudadanos se han quedado en el paro, la deuda que acumulamos la pagarán nuestros nietos y dentro de unos meses tendremos que ser rescatados por la Unión Europea antes de entrar en quiebra, con lo que nuestras circunstancias vitales aún empeorarán mucho más. Gracias al talante, solo pueden medrar los que establecen el criterio de excelencia social: reirse de los demás, mientras cobran lo que no se merecen.

Mientras tanto, en los demás países occidentales, que siguen funcionando como toda la vida, premiando el talento y el esfuerzo y no su ausencia con talante, siguen avanzando sin paro, sin crisis, y sin problemas. Nosotros, nos rezagamos, no sabemos cuando saldremos de la crisis y el paro se sigue incrementando, al mismo tiempo que la renta per capita de los españoles sigue decayendo, pero al menos tenemos talante y propaganda, ¿no es magnífico?. La envidia que nos tendrán en el resto de Europa al observar en paises más serios y rigurosos que el nuestro nuestro talante, los alemanes se morderán las uñas apesadumbrados mientras crecen al 3 % y nosotros decrecemos, los italianos abjurando de Berlusconi que no tiene talante ahí se sostienen y los franceses, con el xenófobo Sarkozy reducen desempleo cada mes, y los ingleses nos miran mal porque que más quisieran que tener nuestro talante. Somos la envidia de Occidente, a pesar de todo, que más da que tengamos crisis, paro, descrédito y desmesura, si tenemos talante, la cosa más importante de este mundo, según Zapatero (y los once millones de prosélitos de talante que nos lo trajeron).

Y lo mejor de todo, todavía no ha salido nadie del PSOE para pedirn disculpas a los españoles por lo que le ha hecho Zapatero a este país, amparado por sus siglas. Realmente debe ser innecesario, para que iban a hacerlo, si nos sobra talante. Cien años más tenía que gobernar el PSOE en España, se iban a enterar los demás europeos de lo que es hacer las cosas con talante, aquí no se necesitan talentos, estamos sobrados, los tenemos a casi todos en el paro, mientras en el Gobierno tenemos a la gente que tiene el mejor talante del mundo, así nos va. El día que el talante se exporte se van a enterar de lo que es invertir en futuro. Vaya empacho de talante que hemos pillado, no se nos va a quitar en décadas. A ver si por lo menos volvemos a ser idiotas, como toda la vida, cuando alguien nos tomaba el pelo, aunque nos quedemos sin talante.


Biante de Priena

PD: fractalio, aquí tampoco se habla de Cascos

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