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viernes, 24 de febrero de 2012

La decadencia del porvenir


Este país tiene un grave problema: no sabe ni de donde viene, ni tampoco sabe a donde va. Desde el reseteo que le metió Zapatero hemos avanzado por inercia y a la deriva hasta el “raseteo” que le está metiendo Mariano Rajoy. Pero si algo llama profundamente la atención es la vacuidad depresiva, el nihilismo existencial, la liquidación del porvenir al que estamos asistiendo los españoles en pasiva actitud, con la excepción de los sucesos valencianos, previos a las fallas, que ahí va a ser donde se arme gorda cuando aparezca el fuego por el medio.

Hace unos meses se publicó en este blog un artículo titulado: “El síndrome de Casandra” con el que se identificaban las circunstancias que atraviesa nuestro país: poder predecir el porvenir, pero no poder hacer nada para evitarlo. Sabemos que las cosas van a peor, lo que aún no conocemos si como preludio de la agonía prolongada o como anticipo del empeoramiento previsto. Un millón de parados más, no es lo mismo sobre los 2,3 millones de parados que heredó Zapatero, que sobre los 5,3 millones de parados que esperaban a Rajoy, eso es cierto. Pero a los sindicatos les da exactamente igual, por que su reino no es de este mundo.

Mariano Rajoy se está equivocando, cada día un poquito más, mostrando que realmente su triunfo electoral no lleva camino de resolver los problemas de los españoles, sino más bien de agravarlos. Tras las andaluzas nos elevarán el IVA al 20 %, por aquello de la emergencia, y en Europa nos dirán que la reforma laboral queda muy bonita, pero que no resuelve nuestros problemas. En Bruselas están mirando a Mariano Rajoy con ojos helenos, no se fían, ni del déficit, ni del decrecimiento del PIB. Los españoles tampoco se fían de él, entre otras cosas por haberles mentido con aquello de los impuestos; con lo de que tenía un plan, viéndose en su política de bandazos que está improvisando; pero fundamentalmente, por seguir sin exigir responsabilidades a sus predecesores de la catástrofe que le han legado. Eso ya se lo advertimos en su día, que de los problemas del PSOE sería el PP responsable, pero nos hizo tanto caso como Zapatero.

A Mariano le falta liderazgo, lo mismo que a Zapatero le faltaba vergüenza, son tal para cual, un roto para un descosido, dos inútiles sobrealzados por la partitocracia española y las grandes corporaciones industriales y financieras, pero también por el miedo de los españoles a que todo se ponga peor, que se pondrá.

Para resolver los problemas de este país se necesita más que un partido de siglas lleno de mediocres, como también se necesita algo más que un partido de siglas que estaba atravesando su fractura implícita y continúa tratando de aferrarse al futuro, del que cada día se aleja más. Con Zapatero, al menos, nos enfrentábamos contra algo, pero si lo contrario de Zapatero, es Rajoy y estamos como estamos, ya no nos quedan ni fuerzas para enfrentarnos contra la misma memez pero invertida y simétrica.

Los problemas de este país se resuelven con inteligencia y esfuerzo, no con sindicatos que piden la luna y estudiantes que la quieren en Valencia. En este país debería hacerse un censo de vagos e inútiles que viven de representar a los demás, sin merecerse acaso ni representarse a sí mismos. La política ha degenerado demasiado en España, así no salimos, nos seguiremos hundiendo lentamente, hasta que un día alguien nos recuerde que en los últimos diez años hemos perdido el 50 % del poder adquisitivo, convirtiéndonos de nuevo en la España de pandereta, emigración, desigualdades, paro, analfabetismo y corrupciones.

No hay solución, con políticos que no se enteran de que para salir de esta crisis lo primero que nos sobra es su insoportable incapacidad, si eligiéramos por sorteo a los miembros del Parlamento Español, seguramente tendríamos muchas más posibilidades de recuperación y un porvenir mucho más favorable. Por dar ideas que no sea... pero ¿de qué iban a trabajar los 100.000 españoles que desde la política, los sindicatos y las instituciones se dedican a descomponernos la existencia?, porque lo que está claro es que estos no se quedan en el paro.

Enrique Suárez

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