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martes, 27 de marzo de 2012

La italianización del electorado español


Cuando los plumíferos de la izquierda española afín al PSOE se preguntaban como podía ocurrir en Italia "el fenómeno Berlusconi", que para ellos resultaba inexplicable, no sabían que en España se iba a producir algo parecido con el partido de Zapatero. La diferencia entre el electorado italiano y español, es que los de la península de la bota llevan años eligiendo aquella alternativa que piensan que les va a robar menos, no aquella que piensan que les va a ofrecer más. Aquí todavía estamos en la era de la inocencia.

Muchos no se explican como el PSOE ha podido triunfar en Asturias que tiene por delante a media administración de la época de Areces pendiente de rendir cuentas en los tribunales por el Caso Marea, y tampoco como el PP no ha logrado una victoria contundente en las elecciones andaluzas tras el caso de los EREs.

Creo que la mejor explicación es el hartazgo de los españoles tras haber sido sometidos sin descanso a una campaña de manipulación e intoxicación por parte de los medios de comunicación, fundamentalmente la prensa escrita, pero también la digital, las emisoras de radio y los distintos canales de televisión. Sin un euro en las cajas públicas, con una amenaza de quiebra en la inmensa mayoría de las compañías que se dedican a la información en este país, los principales editores han apostado por aquellos que más puedan ofrecerles, precisamente los que puedan concederles más subvenciones y fondos públicos.

El caso paradigmático es el de La Nueva España en Asturias, un periódico que se ha tomado como una cruzada la presencia de Alvarez Cascos en la presidencia del Principado, porque le he hecho perder con su política restrictiva varios millones de euros de negocio y la ha condenado tras su política de influencias patrocinadas, al cierre o al cambio. No le queda otra y sin duda es la opción más derrotada tras las últimas elecciones, porque la presencia de Foro en todas las instituciones le ha asegurado no recibir un euro público en los próximos años. Les ha salido mal la operación de erradicación del partido de Álvarez Cascos.

Pero en el caso andaluz se puede hablar de una conjura de todos los medios de comunicación para favorecer la candidatura del PP, tanto por las encuestas que se han presentado, como por la campaña permanente de denuncia que han realizado de los casos de corrupción en Andalucía.

Lo que está claro es que tanto los asturianos como los andaluces no le han hecho demasiado caso a los medios de comunicación, y han votado lo que les ha parecido. En Asturias la derrota de Foro se debe fundamentalmente a la baja participación, de los 106.000 asturianos que no han acudido a las urnas en relación a mayor del año pasado, más del 50 % habían votado a Foro.

Tanto en Andalucía como en Asturias, el PP resultó la fuerza más votada en las pasadas elecciones generales, con un margen suficiente para poder quedar como el partido que pudiera gobernar, pero en las autonómicas el voto ha cambiado, los andaluces y los asturianos, por razones posiblemente emocionales, han decidido que el PSOE no se quede sin poder en este país, lo que le condenaría a su refundación y posiblemente a su escisión en una formación nacional similar al partido de Rosa Díez y otra formación nacionalista similar al PSC.

Parece que asturianos y andaluces han decidido votar contra el sistema, más que contra el PP que representa el poder. El ascenso de votos de IU parece estar orientado en la misma línea. Al final la democracia nunca se equivoca y los electores españoles cada día se están italianizando más, porque lo mismo votan al PP que al PSOE, o no votan si nadie les convence del todo, y lo hacen de forma diferente en elecciones europeas, generales, autonómicas y municipales.

Parece que quisieran convertir el voto en un arma cargada de futuro contra la estupidez de los políticos, votando al que más pueda hacer valer su voluntad, en un gesto último de soberanía atenazada. En este país, hace tiempo que se vota más contra algo que a favor de algo. La crispación juega siempre contra los que más poder acumulan, y esto vale lo mismo para el PP que para el PSOE. No es fácil de entender, pero creo que el mensaje de los electores asturianos y andaluces, en esta ocasión, quiere decir algo así como vamos a votar por aquello que no permita que nos aplasten desde el poder. La democracia nunca se equivoca, el pueblo tampoco, se equivocan los políticos.

Enrique Suárez

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