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lunes, 7 de mayo de 2012

Rajoy, mételos en la cárcel antes de que nos sepulten en la miseria

"La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia"
Amos Bronson Alcott

Estaba escuchando la radio y de pronto me encuentro con un alcalde de una capital de provincia española que dice que en su ayuntamiento están asfixiados gracias a que la autonomía les va dejando cada vez más competencias de las que pueden asumir. Contaba que una residencia asistencial de competencia autonómica, era mantenida íntegramente por su Ayuntamiento, pero que la autonomía había impuesto un modelo que hacía que las plazas salieran un 60 % más caras que a precio de mercado, también refería el caso de un colegio público que al final terminaba costándole cada niño 1.000 euros al mes, cuando la competencia era autonómica, pero entre pitos y flautas esto era lo que sufragaba el Ayuntamiento, y decía el alcalde que le valía más enviar los niños a estudiar a Harvard con todos los gastos pagados, y no le faltará razón.

Este es el país que nos ha dejado el PSOE, en mantener esta locura se ha gastado el contador de nubes medio billón de euros en los últimos cuatro años de égira, elevando la deuda española hasta tal punto que la prima de riesgo se ha convertido en nuestra sombra. La verdad que tener ineptos en el poder supone un precio muy elevado tarde o temprano. Nadie podrá decirle a Zapatero que no ha hecho justicia social, cuando llegó había en este país 2,3 millones de parados, cuando se fue había 5,5 millones, nadie en la historia de España ha destruido tantos puestos de trabajo como él y los sindicatos de Toxo y Méndez, al alimón.

Ayer leía en un periódico que el Estado se ha gastado más de 1.200 millones de euros en construir AVEs que resultan deficitarios, y por lo tanto, innecesarios. No quiero ni acordarme del dinero que le concedió a las cajas de ahorros para que se convirtieran en bancos, eso sí, con el paquete de consejeros políticos de su partido y de los demás en el trasvase. Y todavía está la cosa sin arreglar, como hemos podido comprobar hoy con lo de Bankia.

A pesar de que este país cada día tiene menos recursos, menos población y menos necesidad de funcionarios, al iluminado no le impidió incrementar en medio millón los funcionarios de las administraciones del Estado, tampoco puso coto ni freno a que España se haya convertido en el país que más “funcionarios políticos”, es decir, nombrados a dedo, tiene de toda Europa por habitante, 450.000 colocados por la gracia de sus cejas. Por fin nos hemos enterado de los sindicalistas liberados que viven a costa del Estado directamente, aproximadamente 70.000, al igual que de los empresarios, unos 30.000, que juntos son denominados “agentes sociales”, cuando en propiedad habría que definirlos como “parásitos estatales”. Paz y Amor... y "el plus" para el PSOE.

Pero lo que más me preocupa de todo lo que está ocurriendo es que aferrados al poder, viviendo de lo público, tenemos una legión de innecesarios dispuestos a quemar el país como a alguien se le ocurra moverlos de su puesto. Podríamos decir que nos tienen secuestrados a todos los demás. Estos son los que matan por la defensa de lo público, y no me extraña, viviendo como viven de ello, como para que les cierren el negocio y se tengan que ir a la puta calle como los que no han tenido la oportunidad de colocarse por tener un carnet entre los dientes. Sin contar el daño que pueden causar unos ineptos sobrealzados a la toma de decisiones que nos afectan a todos sin tener ni puñetera idea. La justicia social va a consistir en eso, en que unos vivan bien a costa de los demás jodiéndoles la vida y cobrando, al mismo tiempo, lo que no soñarían en un país normal por lo que saben hacer, por organizar el estropicio.

Con que cariño recordamos los españoles en estos momentos aquellas palabras de ánimo que nos brindaba José Luis cuando decía que España estaba en la champions de las economías mundiales, cuando Solbes negaba la crisis, cuando conocimos lo que era una desaceleración, los coches eléctricos y las energías renovables. Sin contar las conjunciones interplanetarias y otras cosas de imposible olvido.

Mariano Rajoy no se ha enterado en el país en el que vivimos los españoles, tiene demasiado talante o le falta suficiente talento para mostrarnos en su plenitud y apoteosis el legado de sus antecesores, subiéndose al púlpito de TVE y entonando aquella máxima sapientísima de Maximilien Robespierre: “porque me compadezco de los oprimidos, no puedo compadecerme de sus opresores” e informar a continuación que se han cursado las denuncias judiciales correspondientes contra sus predecesores, por todos los crímenes que han cometido, porque auténtico crimen es enviar al paro a tres millones de españoles por la soberbia de un personaje con delirios y la corte de mendaces que le acompañaron, y dejar a 47 millones de españoles en la incertidumbre, al borde de la quiebra del Estado y la miseria compartida, por haber convertido España en el país de los sueños de un inútil narcisista, despreciable y desquiciado.

Realmente estoy anhelando ver las críticas del próximo libro sobre economía, creo que será el primero y último, del iluminado que habitó en La Moncloa durante los últimos siete años, la osadía no tiene límites cuando se sostiene en la ignorancia; el que aprendió economía en dos tardes y destrozó un país con sus delirios ahora pretende dar lecciones al mundo de su obra; parece una tomadura de pelo, pero un narcisista como Zapatero lo dice en serio, sin duda alguna; sin embargo, hay que tener la cara más dura que el basalto, porque Zapatero escribiendo de economía es lo mismo, o peor, que si viéramos un tratado de cirugía firmado por el Dr. Jack "el destripador".

Rajoy mételos en la cárcel, antes de que nos lleven a la miseria. Échale agallas hombre, que ellos no dudaron ni un instante en jodernos la vida para enriquecerse y asegurarse el futuro. Se lo merecen.

Son unos miserables.

Enrique Suárez

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