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jueves, 2 de agosto de 2012

Francia, el socialismo y la prima de riesgo española

"Soy profundamente demócrata, por esta razón no soy de ninguna manera socialista. La democracia y el socialismo no pueden ir juntos. No se puede tener las dos cosas". Alexis de Tocqueville


Cada vez que escucho “que España no será rescatada” a la directora del FMI, la socialista francesa Christine Lagarde, que sucedió al acusado de violación, el socialista francés Strauss-Kahn, que a su vez sucedió al imputado español en el caso Bankia, Rodrigo Rato (al que engañó, al parecer, el socialista español Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España), sé que al día siguiente subirá la prima de riesgo española, mientras que la prima de riesgo francesa seguirá, prácticamente, igual, a pesar de que el Presidente socialista, François Hollande, esté haciendo unas políticas que están incrementando la deuda pública francesa, como durante los últimos seis años, el socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero incrementó, extravagantemente, la deuda pública española.

Hoy me ha sorprendido la noticia publicada en Liberation por Jean Quatremer, periodista especializado en la Unión Europea, en la que denuncia la intoxicación de un teletipo difundido por la británica agencia de noticias Reuters en el que se decía que ya estaba preparado un rescate total para España de 300.000 millones de euros, algo que se ha desmentido tanto desde el Bundesbank como desde el BCE.

Intoxicaciones

Jean Quatremer considera que la fuente de la intoxicación proviene probablemente de Alemania y que posiblemente proceda de un subalterno de la Dirección General de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión, agencia de la que fue comisario europeo, el socialista español, Joaquín Almunia hasta el año 2010. No es la primera vez durante esta crisis que el actual Vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario de la Competencia, antiguo líder del PSOE, ha tenido una intervención contra los intereses españoles, algo por lo que fue reconvenido por el Gobierno español de Mariano Rajoy. No obstante, sigue insistiendo en que España “no necesita un rescate total”, al igual que su compañera ideológica francesa, la directora del FMI. Al mismo tiempo, sugiere, una vez más, que el BCE europeo se disponga a comprar deuda, para rebajar la tensión de los mercados, idea que es compartida también por el Presidente socialista francés y a la que se opone la presidenta del Gobierno alemán, Ángela Merkel.

Por otra parte, desde España, todas las fuerzas de la izquierda siguen criticando y poniendo palos en las ruedas a las políticas de ajuste del Gobierno español, en compañía de los sindicatos y los empleados públicos que están llenando de lazos negros las ventanas de las instituciones públicas españolas en una campaña orquestada para defensa de la continuidad de las estructuras públicas, cuando en este país el único sector laboral que ha crecido desde 2008 en 169.000 trabajadores es el público, mientras todos los demás perdían más de un millón de trabajadores, posiblemente para apalancar a los damnificados de la hecatombe electoral que se preveía en el PSOE. Algo que ha elevado hasta cotas inadmisibles el estamento público, cuando en realidad, por las circunstancias laborales, de crisis y tecnificación, tendría que haberse reducido, como ha ocurrido en otros países próximos.

Quizá sea hora de recordar que los 400.000 millones de euros en los que se endeudó públicamente el último Gobierno de Zapatero, además de hipotecarnos a los españoles en unos intereses diarios que pasan de los 440 millones de euros y se llevan casi el 30 % del PIB del Estado en amortización e intereses, lo que nos conduce a una situación de quiebra técnica, también nos aherrojó a una dependencia extrema del vecino del norte en cuestiones energéticas, al dedicarse a crear molinos de viento y plantas solares, mientras se incrementaba nuestra sumisión energética con los franceses, que son la primera potencia nuclear europea.

Sin duda, los socialistas españoles y franceses han establecido suculentos negocios a lo largo de los últimos ocho años con el empobrecimiento de España y los españoles que se advertía y avecinaba, elevando la deuda pública española al doble en los cuatro últimos años, introduciendo en España siete millones de inmigrantes entre los años 2009-2010 cuando este país ya tenía dificultades para sostener a sus habitantes naturales, permitiendo que el paro se incrementara hasta los 5,7 millones de la última EPA con la ayuda de los sindicatos, elevando el déficit público hasta el 8,9 % (y ocultando los datos reales al gobierno entrante en una situación de crisis creada por ellos) y creando un enorme agujero financiero con la transformación de las Cajas de Ahorros (auténtica cloaca política de todas las corrupciones) en bancos quebrados, que han puesto en vilo el sistema financiero español, sin haber hecho nada para paliar el estallido de la burbuja inmobiliaria que se predecía desde hace años. No en vano, desde la invasión de nuestro país hace doscientos años por los cien mil hijos de San Luis, España ha venido siendo durante este tiempo una especie de protectorado o colonia francesa.

Conclusión

Después de una nefasta y nefanda gestión de los recursos públicos, los socialistas españoles en compañía de los socialistas franceses se han empeñado en que el BCE compre deuda española o se realice un rescate –negando su posibilidad todos los días, pero teniendo presente ininterrumpidamente su posibilidad en los medios de información-, incluso con riesgo de crear una tensión extraordinaria con intoxicaciones y filtraciones interesadas. Mientras Zapatero se marcha de vacaciones a Lanzarote y sugiere que tendría que invitar a Ángela Merkel a la isla para explicarle su versión de la realidad en el libro de economía que dice estar escribiendo.

Realmente es una opción interesante para los socialistas, si España resulta intervenida, bien de forma parcial (compra de deuda) o total (imposición de una troika) no lo hará sobre los autores de la crisis, sino sobre los gobernantes que la heredaron, es decir, el gobierno del PP de Mariano Rajoy, que será el responsable, en última instancia, de la catástrofe. Eso supondría de inmediato una ley de punto final, pasando página sobre todas las barbaridades cometidas en la égida del PSOE del que Zapatero fue secretario general y Presidente del Gobierno.

Pero un rescate supondría, también, una reducción drástica del Estado de Bienestar de los españoles, un incremento del paro, un encarecimiento de la vida, una pérdida de poder adquisitivo que podría llegar al 40 %, una reducción de las pensiones y una situación de la que tardaríamos más de dos décadas en levantar cabeza, además de una pérdida de soberanía similar a la griega tras la intervención europea.

Si fue traición del PSOE a los españoles, llevarnos a la situación de crisis económica, política e institucional en la que nos encontramos, el tratar de impedir, por todos los medios, que salgamos de ella es auténtica insidia y ensañamiento. Todo para encubrir que nuestro empobrecimiento y la entente cordial que establecieron con Francia, tiene como único objetivo preservar sus privilegios y los beneficios que han acumulado a costa de depauperar a todos los españoles, menos ellos, que son los únicos que se han beneficiado.

Mariano Rajoy debería ir pensando en cambiar de asesores, porque los que tiene actualmente le van a entregar a los cascos de los caballos de los jinetes del apocalipsis, como no se dé prisa, y la vida miserable, que nos espera a los españoles, será el tributo de su inconsecuencia. C´est la vie, mes amis.

Enrique Suárez

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