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lunes, 28 de enero de 2013

La depredación de la casta política española




No sólo se han alzado en la escala social a costa de enajenar recursos de todos en su propio provecho, también han urdido una estructura mafiosa de “empoderamiento”, como dicen los modernos, para  hacerse con todas las estructuras de poder, las visibles y las invisibles. Es decir, de "empoderamiento" para ejercer la apropiación indebida de forma inmune e impune.

Las intenciones del PSOE durante los siete años que Zapatero fue presidente, han consistido en desposeer de autoridad, poder, influencia y libertad a los mejores de nuestra sociedad, para ofrecerle a los peores las riendas de nuestro destino. Su cruzada por la igualdad se ha materializado en empobrecer a todos los españoles, para enriquecer a los socialistas y sus afines. A esta magnífica experiencia la han denominado justicia social. Sin embargo hay que recordar que cuando Zapatero llegó al poder, en España había un 19 % de pobres y cuando se fue dejó un 25 %. Si entró en el gobierno con un 0,5 % de superávit, se fue dejando un 11 % de déficit. Cuando formó gobierno, en España había 2,6 millones de parados, cuando se fue nos dejó 5,3 millones de parados. No superaba la deuda pública española los 350.000 millones de euros, siendo una de las más bajas de la Unión Europea –la más baja por habitante-, pero cuando se fue nos aproximamos a los 800.000 millones de euros de deuda. Cuando se fue sin dar explicaciones, quiero decir.

Pero lo peor de todo ha sido que durante sus gobiernos la desigualdad entre los españoles, medida por cohesión en los índices de Gini autonómicos, se ha incrementado considerablemente. Las consecuencias de su genialidad política nos han hecho retroceder 10 años en renta per cápita, por la desaceleración, pero posiblemente varias décadas en bienestar.

Hoy mismo Alfredo Pérez Rubalcaba, que aunque no lo parezca es el heredero legítimo de Zapatero en el PSOE, nos ha dicho que: "no tiene palabras para describir el drama que viven los españoles”, sin embargo posiblemente las tenga para explicarnos ¿cómo ha podido ocurrir?, porque desde que los socialistas abandonaron el poder estamos esperando una explicación y no acaba de llegar.

Por lo que se refiere al actual gobierno del PP, el otro lado de la casta, si bien su responsabilidad en la crisis que atravesamos es considerablemente menor que la del PSOE, no debemos olvidar que si el PSOE pudo hacer lo que hizo fue precisamente porque el PP hizo no-oposición durante ocho años, esperando a que los socialistas arruinaran este país para acceder al poder, independientemente del deterioro que se hubiera organizado y la tierra quemada que les hubieran dejado.

Pero sin duda, podemos constatar la existencia de una casta política que comparte más de aquello en lo que discrepa, cuando tras un año de gobierno han sido incapaces de mostrar a los españoles los desmadres que ocasionaron sus antecesores, exigiendo responsabilidades por la debacle que organizaron. Lo primero que hicieron fue homenajear a Zapatero e imponerle una condecoración. Triste, muy triste.

En cuanto a la política de Rajoy durante este año, más bien se puede considerar que fue la que no hicieron los socialistas por cuestiones de imagen y propaganda, pero sin duda, está en la continuidad de los mismos despropósitos que cometieron. A Rajoy le podemos atribuir que ha sido el presidente que más ha subido en un año los impuestos en este país, para lograr los resultados más mediocres que pudieran imaginarse. Ni ha controlado el paro -700.000 parados más-, ni ha controlado el déficit- que no descenderá del 7 %-, ni ha controlado la deuda -120.000 millones de euros más se han sumado a lo que ya adeudábamos-, pero si ha tapado los delitos cometidos en las cajas de ahorros con dinero público para no tener que ver a algunos de sus compañeros, sindicalistas, empresarios de pesebre,  y miembros de PSOE e IU en la cárcel.

Una de las mayores barbaridades que ha cometido el sucesor de Zapatero es la de no reducir las administraciones públicas, actualmente hay en España 3,2 millones de empleados públicos, durante los últimos diez años se ha incrementado el empleo público un 25 % en España, mientras la tasa de parados supera hoy el 26 %. La conclusión es sencilla, el empleo público, donde se colocan habitualmente los partidarios detodos los partidos se ha incrementado, mientras el paro ha ascendido hasta los 6 millones de españoles, seguramente sin carnet de ningún partido de la casta.

Durante este año ha comenzado a aflorar la corrupción existente en este país, posiblemente sea menos del 10 % de la total y los españoles ya están abrumados, considerando según datos de una encuesta de El País, que el 95 % de los encuestados piensan que los partidos políticos ocultan la corrupción de sus miembros en vez de perseguirla y un 92 % considera que los delitos de los políticos son inmunes a la justicia ordinaria, no es para estar orgullosos de la confianza de los españoles en sus representantes políticos.

Mariano Rajoy no sabe que está sentado sobre un volcán social a punto de entrar en erupción y lo único que se le ocurre en estas circunstancias es decirle a Ángela Merkel que Alemania debe ponerse peor para que España se pueda poner mejor, exigiendo solidaridad a los socios europeos, sin haber realizado la reforma que este país necesita y que consiste,  básicamente, en apartar del erario público a la caterva de ineptos que lo han colonizado, para impedir cualquier movimiento que pueda apartarlos del pesebre público, aunque por ello lleguemos a los diez millones de parados.

Rosa Díez le ha preguntado a Mariano Rajoy que si es cierto que 68 asesores de los 578 que sostienen su solvencia no tienen siquiera elgraduado escolar, a lo que los del PP han respondido que la mayoría son funcionarios de carrera. Si en este país no hubiera seis millones de parados tal arbitrariedad podría ser considerada una broma, pero en las circunstancias que vivimos es una afrenta insoportable.

En España nunca saldremos de la crisis mientras un señor o señora con carnet de un partido o sindicato, pueda acceder a un cargo a dedo al que no llegaría un ciudadano con seis carreras y dos doctorados en su miserable vida. Tenemos el país que nos merecemos, unos tarugos mandando y otros tarugos obedeciendo. 

Si alguien, que no sea de la casta política que mantiene este país en la miseria, cree que podemos salir de esta crisis sin perder el tren del futuro y sin grandes daños, le quedaría realmente agradecido por explicarme ¿cómo?. No veo que tengamos la más mínima posibilidad, salvo que la casta política sea erradicada del poder en España para siempre.

Enrique Suárez

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