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lunes, 24 de marzo de 2014

"Des Millers" no son dos millones: a propósito del 22-M



En este país la mentira se está convirtiendo en un bonito deporte primaveral, es una cuestión que se asocia a los tiempos de la comunicación masiva, de la que ya nos había advertido Jean François Revel en su obra “El conocimiento Inútil”, diciéndonos que en relación a la política y el poder todo es mentira, una farsa, un cuento, un motivo para creer.

Pero fue Ludwig Wittgenstein el que nos advirtió que si bien el lenguaje sirve para comunicarnos, también sirve para incomunicarnos y confundirnos, porque los hechos descritos o relatados, nada tienen que ver con los hechos reales, fundamentalmente cuando el comunicador tiene la intención de mentirnos. El pintor Magritte lo señaló con inteligencia en aquel cuadro de una pipa que decía debajo “Ceci n´est pas une pipe”, evidentemente, un cuadro de una pipa no es exactamente una pipa

Sobre los hechos acontecidos el 22-M se han escrito muchas cosas, en primer lugar se comenzó sobrecargando las redes sociales con las agresiones de los antidisturbios a “pacíficos manifestantes” ocurridas en el pasado, pero también, con un despliegue de medios inusitado se anunciaba el fragor de la revolución en las redes sociales, blogs y otros medios de comunicación de internet.

La dialéctica del manifiesto leído por Willy Toledo recordaba la mística revolucionaria de las repúblicas castristas-bolivarianas de América del Sur, el relato de la aproximación a Madrid era un remedo de la guerra civil con sus columnas y sus no pasarán. Sin embargo los medios de comunicación habituales no prestaron demasiada atención a las advertencias de todas las formaciones de izquierda que organizaban los actos, algo que denunciaron los organizadores como una manipulación del poder. La realidad es que las cosas fueron más ruido, furia y después nada que otra cosa, desposeyendo a la izquierda de este país de su legitimidad en la defensa de los derechos desde la calle, para unos cuantos años.

Sin embargo la apoteosis llegó cuando Cañamero, uno de los líderes de las marchas anunció que eran más de dos millones los asistentes a las protestas. En realidad esto fue un error de traducción de un grupo Anonymous de Facebook, en el que se transcribió un titular de la edición digital de Le Monde erróneamente. Donde decía “des milliers” (miles) alguien consideró que eran dos millones, los asistentes a la congregación del final de los tiempos que no fue. El titular decía realmente: "Des milliers de manifestants à Madrid pour dénoncer « l'urgence sociale", (Le Monde.fr avec AFP | 22.03.2014 à 14h04 • Mis à jour le 22.03.2014 à 21h04) aunque posteriormente fue retirado para poner "gigantesque manifestation", supongo que  alguien debió llamarles por teléfono.

La policía municipal dijo que habían sido 350.000 personas, pa no ofender a nadie, pero El País redujo la asistencia a 50.000 personas, de las que consideró que sólo 2.000 contando todas las columnas llegaron a pie. Los hechos que se sucedieron después fueron los de siempre en estas reuniones pacíficas, 87 heridos, 20 detenidos, pero lo curioso es que hubo más heridos entre los policías que entre los manifestantes.

Evidentemente este país está muy harto de la casta política que le representa, en una encuesta reciente así lo manifestaban el 75 % de los entrevistados, pero está mucho más harta de los extremos que pretenden desplazarla del poder, a los que rechazan más del 95 % de los españoles, y aún más harta de los que utilizan la violencia para alcanzar sus propósitos, algo a lo que sólo estarían dispuestos el 0,5 % de los españoles.

P.S.

Quizás este haya sido el mayor legado de Adolfo Suárez, haber conseguido una paz duradera entre los españoles, que se opone tanto a la opresión desde el poder, como a la impresión desde la calle. Ahora sólo falta que seamos capaces de dialogar como personas civilizadas, que los de la casta política depongan su actitud despótica, que los corruptos devuelvan el dinero sustraído y vayan a la cárcel y volveremos a ser un país normal, algo a lo que aspiramos la inmensa mayoría de los españoles.




Enrique Suárez

domingo, 23 de marzo de 2014

Adolfo Suárez y la transición


Quién conoció a Adolfo Suárez sabrá de lo que hablo y quien no le conoció lo sabrá muy pronto, porque tras su muerte ríos de tinta le acompañarán en su transición hacia el otro mundo, donde se hablará del hombre de Estado, del primer Presidente de Gobierno de la democracia que actualmente vivimos en España, de su papel en el 23-F, de lo que hizo bien y de lo que hizo mal, pero no se hablará del ser humano, o se hablará mucho menos.

Adolfo Suárez era un ser humano, tan sólo un ser humano, nada más que un ser humano, atrapado en una circunstancia histórica de la que dependían muchos millones de españoles; su deber y vocación era llevar la nave de los españoles por un mar repleto de peligros, hasta aguas tranquilas de una paz duradera, como Ulises  con los argonautas atravesó el estrecho entre Escila y Caribdis, hasta el océano de la libertad. Como un Moisés bíblico supo conducir a su pueblo a una tierra prometida. Creo que lo hizo con dosis ponderadas de inteligencia, tolerancia, astucia, coraje y prudencia.

Fue el personaje histórico más importante de nuestra democracia, ni el Rey puede hacerle sombra, ni por supuesto ninguno de los que le acompañaron en el tránsito o le sucedieron. Sabía que este país dependía más de el que de ningún otro para alcanzar las aguas tranquilas de la paz y no declinó su responsabilidad.

Nos prometió lo que pudo, no lo que nos podía prometer, para no cumplirlo, al contrario de todos los que vinieron detrás. Nos invitó a conocernos y a unirnos, a formar un pueblo donde el sentido común prevaleciera sobre los egoísmos particulares y los sectarismos de grupo. Sin duda, fue un demócrata y si no lo fue más, se debió a que los enemigos de la democracia se lo impidieron con todas las trampas y estrategias que urdieron para derrocarlo y derrotarlo.

Mientras Adolfo Suárez fue presidente, nadie se quedó sin voz, nadie que tuviera que decir algo, la ley era común para todos y la cohesión un objetivo. Era un hombre que escuchaba con atención a quienes le rodeaban y que sabía que pensaba el pueblo que representaba y lo que quería, pero también sabía aquello que se podía lograr y aquello que no podía alcanzarse en aquellos momentos. Decidió dialogar, decidió ser demócrata, decidió consensuar, decidió ser ecuánime, decidió avanzar.

Un día, cuando todos éramos más jóvenes, me correspondió ser, por motivos del destino, quien se encargara de procurarle su cena: una tortilla francesa y un paquete de ducados. Cuando se la dejé sobre la mesa de aquel pequeño despacho rodeado de papeles, en la sede provincial de un pequeño partido donde había congregado a sus seguidores para volver a intentarlo, me miró y me dio las gracias.

Fue la oportunidad que tuve en mi vida de poder dialogar con él, pero ni lo intenté, no era el momento, sólo en tres ocasiones en mi vida me ha ocurrido algo así: estar con alguien, quedarte callado, observar la historia viva en persona, no interrumpir y alejarte discretamente para que siga su camino.

Esa experiencia siempre me ha recordado los versos de un poeta chino, Li Po, cuando dijo: “me gusta ir a la montaña, sentarme, dejar que pase el tiempo, hasta que sólo quede la montaña”.  La de Adolfo Suárez fue convertirse en el prínceps inter pares de España, siendo un español más, nada más y nada menos. La mía, acercarme a él con una tortilla francesa y un paquete de ducados y saber alejarme discretamente de la historia que seguía su curso, entre la mitología y la realidad. Aquel día me dormí pensando que la tortilla francesa  le hubiera satisfecho y que el paquete de ducados le hubiera servido para seguir su rumbo, porque a veces las cosas más simples también son necesarias para que la leyenda siga su destino.

Gracias Presidente por todo, siento tu marcha, pero los héroes deben morir para vivir eternamente el corazón de aquellos que les conocieron, y de los que fueron llegando después.



Enrique Suárez

viernes, 21 de marzo de 2014

Por cada año de gobierno del PSOE se retrocedieron dos años en desigualdad


Es la conclusión que se puede extraer de los datos relacionados con el Coeficiente de Gini ofrecidos por Eurostat. En el año 2011, teníamos el mismo coeficiente que en 1995, como el PSOE gobernó durante 7 años se puede decir que por cada año de gobierno del PSOE, España ha retrocedido dos años en desigualdad. Los motivos para no creer en la mitología de que el PSOE reduce la desigualdad se han confirmado, precisamente es al contrario, la multiplica por dos por cada año que gobierna.




martes, 18 de marzo de 2014

REFLEXIONES SOBRE LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XXI


Charles Chaplin en El Gran Dictador

"El deber de un patriota es proteger a su país de los ataques del gobierno.” Thomas Paine

Hace un año se publicó en este blog un artículo titulado “En busca de los orígenes de la democracia” en el que se relataba la historia del inicio del sistema más avanzado de distribución del poder político que se ha alcanzado hasta fechas actuales, un sistema que ha resistido 2.500 años parece, sin duda, que ofrece un avalado éxito.



Sin embargo, durante estos 25 siglos de existencia, el poder ha tratado de socavar en todas sus formas la bondad del proceso democrático, creando arteras estrategias y artificios que impidan que el pueblo pueda decidir realmente quienes van a gobernarle. Con la llegada de las nuevas tecnologías de la sociedad de la información y la comunicación, la brecha entre gobernantes y gobernados se ha seguido acrecentando hasta alcanzar una situación de desconfianza de los gobernados en los gobernantes.



George Santayana nos advirtió sobre una extraordinaria paradoja en la conocida frase: la democracia es el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, pues si bien ese era el pensamiento que invitaba a los votantes a elegir sus representantes políticos en las urnas, en el caso de los elegidos lo de “por el pueblo y para el pueblo”, siempre se les acababa olvidando, convirtiendo la democracia en un singular despotismo, cambiando entonces la frase a: “la democracia es el gobierno del pueblo (sin el pueblo y a veces, contra el pueblo).



Gustavo Bueno nos ha hablado, por su parte, del fundamentalismo democrático, por el que aquel partido o facción que alcanza una mayoría absoluta decide lo que bien le parece, convirtiendo asímismo la democracia en otra forma de despotismo, que alcanza condición de totalitarismo. No sólo se controla el poder político (legislativo, ejecutivo), sino el económico, mediático, judicial, social, pues todos los recursos de los que dispone la formación política gobernante se utilizan en su propio interés y beneficio, también han acabado desde el poder con todos los contrapoderes que podrían regular sus acciones ilegítimas. Este fenómeno ha ocurrido durante décadas con el PRI mexicano, pero también con el PSOE o el PP en España.



La democracia, que en sus fundamentos y esencia sigue siendo el menos malo de los métodos para formar gobiernos, requiere en pleno siglo XXI una revisión porque se está comprobando, que debido a las injerencias antidemocráticas de las formaciones políticas, cada día se va transformando más en un mito que en una realidad, por la que los votantes creen que eligen a quienes les gobiernan, cuando en realidad sancionan con su voto el engaño de aquellos que van cerrando sus posibilidades de elección desde las cúpulas de los partidos. De esta forma, los elegidos ya no son tributarios de sus electores, algo que se ha quedado en un mero trámite formal, sino de aquellos que les han designado para ocupar un puesto en las listas.



La democracia requiere una revisión en sus planteamientos, precisamente hoy que la comunicación puede resultar abierta y prácticamente gratuita. Un gobierno no puede tomarse el apoyo de los ciudadanos como una delegación pasiva en la que los ciudadanos dejan de ser representados para ser gobernados, de esta forma los gobiernos acaban representándose a sí mismos y nada más. Este sistema parece más una aristocracia electiva, como la behetría, antigua institución española que permitía a los siervos elegir amos.



Para resolver esta coyuntura se requiere de forma inmediata un diálogo abierto entre gobernados y gobernantes, entre todos los ciudadanos, pues todos los artefactos de la democracia, urdidos desde el poder, se terminan convirtiendo en fuente de fraude y corrupción, de agresión y violencia moral contra los ciudadanos, condenados desde que acuden a las urnas a dar por bueno un sistema que les impone su voluntad, sin dar explicación alguna de las imposiciones. Por mucho que se empeñen desde el poder los partidos doctrinarios, la democracia no puede ser la doctrina que les permita acaudalar riqueza y poder, sino la que precisamente se lo impida. 

Cada día que pasa va siendo más necesario darle un vuelco a la farsa representativa, porque la democracia no consiste en politizar a los ciudadanos, sino en civilizar a los políticos para que no se propasen con un poder que ha sido conferido por los ciudadanos, y para ello es necesario establecer alguna forma de limitación legal a su poder, una vez que han sobrepasado todos los dinteles de inmoralidad.



Soy de los que siguen pensando que la democracia sólo puede existir en un clima de libertad e igualdad, entre electores y elegibles, en una ética de la responsabilidad, y en un ambiente de transparencia y reflexión. 

Por mi parte pienso que sólo hay un régimen político que permite la democracia y no es otro que el régimen liberal con una independencia absoluta del poder judicial, en el que todas las opciones pueden representarse siempre que cumplan las reglas y no dejen de cumplirlas, por supuesto en un sistema económico capitalista abierto y no intervenido por el Estado en elguna forma de burocratización colectivista, porque el Estado es poder y el poder, en todas sus formas, siempre ha sido el principal enemigo de la democracia, a la que considera un estorbo. Como dijo Karl Marx, no es el Estado el que debe educar al pueblo, sino el pueblo al Estado, no puede existir democracia si ocurre lo contrario, como es el caso de España.



Enrique Suárez




viernes, 14 de marzo de 2014

¿Por qué el Gobierno nos oculta que estamos en deflación?



Se puede considerar que la deflación de un país es un excelente indicador de una política económica errónea, al igual que unas extremadamente elevadas tasas de desempleo, o un galopante crecimiento de la deuda pública. Próximamente se conocerá el déficit público del Estado español y con toda seguridad sobrepasará el 6,5 % acordado con Europa.



El descenso del IPC no se considera un dato suficiente, aunque si preocupante a la hora de considerar la entrada en deflación, debe acompañarse de una reducción del consumo pues sólo una caída de los precios provocada por una importante  reducción de la demanda de bienes de consumo puede considerarse deflacionaria.


Analicemos por tanto estos dos indicadores económicos: IPC y Consumo


En cuanto al IPC, los datos de los dos primeros meses de 2014 comienzan a ser preocupante, puesto que el IPC ha descendido prácticamente en todas las comunidades autónomas, lo que expresa que el problema es generalizado en nuestra economía.



En cuanto al consumo, el Gobierno reconoce que el consumo doméstico de los españoles ha descendido durante los últimos cuatro años, aunque considera que en el 2014 podría volver a crecer, también podría no hacerlo. Según Expansión los factores que incrementan el consumo son:

  • -          Crecimiento y confianza: el PIB ha crecido un 0,1 % en el tercer trimestre de 2013 tras nueve trimestres consecutivos de descenso.
  • -           Mejoría del mercado de trabajo: el Gobierno ha considerado que el mercado de trabajo experimentará una mejoría en 2014 y descenderá un 0,2 %, acercándose al 25 % de desempleados.
  • -          Desapalancamiento y crédito: las familias españolas, al contrario de lo que ha hecho el Estado, ha reducido su endeudamiento privado, pero todavía supera los 789.000 millones de euros. El crédito a las familias y las PYMES sigue cerrado.

Ante este panorama dudo mucho que España se salve de la deflación, de hecho ahora mismo caminamos sobre un puente de cristal. Tan frágil es la economía española, que cuando hay algún conflicto importante, o algún dato negativo en las principales economías mundiales, descendemos todo lo que habíamos avanzado durante meses en un instante.


Las nuevas medidas fiscales que han propuesto el comité de expertos coordinado por el sr. Lagares, serían, posiblemente la puntilla que requiere la economía española para  sumergirnos definitivamente en la deflación.


Hay otro dato interesante, España pierde cada año alrededor de 500.000 trabajadores competitivos que salen de este país en busca de mejores oportunidades a otros países, algo que algún espabilado al servicio del Gobierno considera interesante. Los que suelen emigrar suelen ser los más formados y los más trabajadores, luego en este país estamos sustituyendo la mano de obra que nos puede ayudar a salir de la crisis, por aquella que, incapaz de tomar iniciativas o limitada para tomarlas, nos va a seguir hundiendo en ella.


En definitiva el panorama es desolador, nos quedamos menos, cada día somos menos población activa para pagar una deuda que cada día se hace mayor, gracias a que el Estado, las Autonomías, los Ayuntamientos han decidido seguir aplicando la política keynesiana de fortalecer la demanda pública frente a la demanda privada, friendo a los españoles a impuestos.


Entraremos en deflación con toda seguridad, Japón lleva casi 25 años atrapado en ella sin poder salir del laberinto, Grecia ya lleva nueve meses y no tiene salvación posible. Si en España seguimos con la misma política económica, antes del verano habremos entrado en deflación y luego será demasiado tarde para lamentarse.


Lo único que nos podría salvar de esta situación asfixiante en la que vamos a introducirnos sería una bajada de impuestos radical, pero para hacerlo posible, la casta política española tendría que deslocalizar medio millón de colocaos innecesarios que tenemos en las administraciones públicas, algo que no verán nuestros ojos con un Gobierno socialdemócrata de facto como el de Mariano Rajoy y una oposición celebrando que el actual Presidente del Gobierno, es el más nefasto que ha tenido este país después de Rodríguez Zapatero, con amplias posibilidades de superarlo en los próximos dos años.   

De los maximalismos de los papanatas que toman las decisiones sobre la economía de este país, sólo puede producirse más paro, más deuda, más déficit y más pobreza. Lamentablemente, tenemos tantas posibilidades de salir de la crisis como tiene un burro de interpretar con flauta travesera la melodía de Sherezade de Rimsky Korsakov.


Enrique Suárez

domingo, 9 de marzo de 2014

Ucrania: más allá de Maidán




Plaza de Maidan - Kiev - Ucrania (20-02-2014)


"Lo que necesita Rusia es más Rusia, no más Occidente" Fiodor Dostoievsky

¿Es posible que los conflictos políticos que han ocurrido y ocurren en Ucrania, sean una tapadera-boicot de la operación Putin que consiste en crear una gran unión económica con Irán, China y algunas de las repúblicas que formaron la URSS?

Sin duda es posible, uno de mis axiomas favoritos en política internacional es aquel que dice que todo aquello que no tiene clara explicación, oculta siempre alguna intención.  Y en este mundo en el que sólo queda un materialismo hegemónico, no resulta extraño que cuando surjan amenazas al reparto existente de los mercados, también surjan problemas políticos.

El eje económico occidental se enfrenta a todas las formas de colectivismo en una nueva guerra fría económica, se están volviendo a formar bloques, una vez que están fracasando los proyectos socialdemócratas que abogaban por el Estado del Bienestar y una favorable relación con el bloque del Este.

¿Acaso no han ocurrido conflictos bélicos en los países del Magreb, Siria, Venezuela, países que tradicionalmente se han considerado aliados económicos y políticos de Rusia? Una cosa es la defensa de la libertad, y otra la defensa de la libertad de unirse al bloque económico y político occidental, algo a lo que creo que Vladimir Putin no está dispuesto.

Tampoco está dispuesto a compartir los futuros yacimientos de gas y petróleo del Mar Negro con Occidente. Ni la Turquía de Erdogan tampoco, por lo que se propone alejarse de las alianzas de civilizaciones, para lo que ya prepara leyes contra la libertad de expresión, no vaya a ocurrirles lo mismo que en Ucrania.

La alianza entre Estados Unidos y la Unión Europea en su apoyo al Golpe de Estado revolucionario de Ucrania, va más allá de la Plaza de Maidan, porque en realidad es un mordisco a la unión económica del Este que patrocina Vladimir Putin desde Rusia.

Las declaraciones del Presidente ruso, diciendo que los Estados Unidos utilizan a los países como ratas deja claro su estado de ánimo, precisamente cuando Rusia estaba promoviendo su imagen en las Olimpiadas de Invierno de Sochi, ha sido con nocturnidad y alevosía.

Su reacción ha sido inmediata, la madre Rusia recobra a sus hijos de Crimea, pero no creo que concluyan ahí sus objetivos, porque los rus de Kiev a Nvogorod son los padres de la madre Rusia, es decir, los abuelos de los rusos y si algo fortalece las posiciones personales de Putin es la unión por el patriotismo, frente a la agresión de los enemigos occidentales, que desde Napoleón hasta Hitler han tratado de profanar la tierra sagrada de los mujiks, sin conseguirlo.


La mitad oriental de Ucrania es de origen ruso, habla en ruso y vive en ruso, por lo tanto pasará a formar parte, como Bielorrusia, de la gran familia caucásica. Hace unos años ocurrió algo parecido en Georgia, y Georgia se quedó sin Osetia del Sur y Abjasia.

Si algo tienen los rusos es que son absolutamente previsibles en sus actos y ahora que se habían confiado en que realmente lo que interesaba al mundo era la conjunción comercial en el capitalismo que supone la globalización, vienen los amigos americano y europeo a hacerle la pascua florida, para provocar una reacción en el mundo y dejar bien claro que los rusos no defienden la libertad, como hacen los occidentales. 

La libertad, no sé si la defenderán, aunque considero que su concepto de libertad poco tiene que ver con el occidental del todo vale y nadie es responsable de nada, pero su libertad y la independencia del pueblo ruso, estoy seguro de que van a defenderla con uñas y dientes, algo a lo que no estaríamos dispuestos en Occidente, bajo ningún concepto, después de la falta de respeto que han demostrado los líderes políticos por sus ciudadanos en esta representación democrática y espectacular que nos ofrecen cada día.

Enrique Suárez



lunes, 3 de marzo de 2014

¿Por qué los que defienden el sector público no denuncian la corrupción que existe en él?



Una de las patrañas mejor urdidas por la izquierda de este país es la defensa del sector público, sin denunciar la corrupción que en él existe; de lo que se puede deducir que, más que el sector público, lo que defienden es que la corrupción siga existiendo en su seno, que no cambie nada por Dios, a ver si nos vamos a quedar sin pesebre donde están colocados buena parte de los acólitos, parientes y amigos. Evidentemente, también de la derecha y el nacionalismo, pero en menor proporción, sin duda. Lo público es el gran pesebre de la izquierda española, desde que vivimos en democracia.

El sector público español es la madre del cordero y la cordera, y de los corderitos que acuden a las urnas cegados por el resplandor del becerro de oro que les embestirá como se salgan del corral electoral, que tan altruistamente les han construido aquellos que les salvan la vida de los malvados. Así funciona el buenismo en este país, haciendo pensar a la gente que entre los que detentan el poder hay lobos buenos y lobos malos.

En realidad, lo que está claro es que en el poder siempre hay lobos y fuera del poder sólo quedan los corderos. Todavía estoy esperando que surja algún defensor del sistema público denunciando la corrupción que alberga en su interior, los empleados públicos colocados a dedo en los cargos de dirección y de limpieza, las empresas contratadas sin otro criterio que la comisión que se lleva el contratante, para hacer servicios que podrían hacerse con recursos propios.

No obstante, la ignorancia de este país es supina tirando a creciente, así podemos contemplar como muchos desposeídos a los que les han quitado todo, defienden el sector público como la balsa de su salvación en este mundo de depredadores, sin darse cuenta, por ejemplo, que mientras en España se crearon 4 millones de parados por la gracia de unas cejas y una barba, al mismo tiempo se crearon 600.000 nuevos empleos públicos, para gestionar un país en el que lo único que crecen son los parados y las empresas quebradas, además de los impuestos y los recortes. ¿Para qué se necesitan más empleados públicos cuando hay menos actividad económica, social, pública? Este es uno de los grandes enigmas de todos los gobiernos, que el único trabajo que crezca sea en el sector público, mientras desciende en todos los demás.

Se comenta que en este país tenemos cerca de medio millón de colocaos, contando políticos y trabajadores contratados a dedo, porque los políticos también son elegidos a dedo por el que los designa, la gente sólo ratifica en las urnas lo que otros han permitido, que no se le olvide a nadie.

¿Y qué hace ese medio millón de colocaos si no tiene trabajo por qué sobran?

Pues muy sencillo, dedicarse a “hacerse útiles e imprescindibles” y por supuesto la mejor forma es crear nichos de depredación, más sanciones, más códigos, más leyes, más normas, más estupideces, para recaudar dinero y poder seguir haciendo su puesto útil, no vaya a ser que se queden sin trabajo. Por supuesto, muchas más manifestaciones, más presencia pública, más cuento, más marchas y más propaganda, propaganda sin fin, para que nadie vaya a pensar que sobra ni uno sólo de los empleados públicos de este país, cuando cuatro millones de españoles han visto desde el 2004 como se quedaban sin nada. Pero también cinco millones de jóvenes, un millón de licenciados entre ellos, tengan que ir pensando en hacer las maletas, porque aquí los que controlan quien trabaja y quien no, son los sindicatos y las organizaciones empresariales, para seguir manteniendo también a sus colocaos, con EREs y sin EREs.

Lo único que está claro es que a España le sobra mucho lastre inútil, porque la patulea de mangantes que se ha afincado en el poder, nunca ha sido más onerosa para los españoles. Definitivamente, lo que está en juego en este país en relación al sector público no es que el sector público sobre, sino que sobra la inmensa corrupción que hay en el sector público y que se transfunde al sector privado y a la sociedad en general.

Es hora de bajar a los enchufaos de los pedestales públicos, que se busquen la vida como los demás y que rindan cuentas y se dejen de cuentos. Y es hora de que los funcionarios de este país cumplan con su deber “in vigilando” de la cosa pública, porque hasta ahora han sido los cómplices del sistema, amparado por los distintos gobiernos, de creación de redes mafiosas de corrupción en las administraciones públicas del Estado. Comenzando por el Fiscal General del Estado, que es el encargado de velar por erradicar la corrupción pública en este país y más bien a lo que se dedica es a taparla.

Los españoles estamos hartos de tantos engaños y asfixiados de tanta mierda como se ha creado desde el poder para robarnos, ¿hasta cuándo vamos a seguir soportándolo?

Enrique Suárez

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